Vida a bordo
El BAC ‘Cantabria’ se integra a la Agrupación Permanente de la OTAN nº1 (SNMG-1)
Hoy me gustaría compartir en primera persona, lo que para mí es un día de trabajo en la mar en el BAC Cantabria.
Mi día comienza a las 6:30 de la mañana, hora a la que mi función como repostero de Oficiales, comienza con el indispensable montaje del desayuno, que abarca desde bollería variada (horneada por los panaderos del buque) y embutido hasta salmón y tostadas. Después de finalizar el reparto, tanto yo como mi compañero repostero nos organizamos para efectuar las limpiezas de la zona de responsabilidad que le atañen a cada uno.
Más tarde y con un pequeño descanso de por medio, pasamos al reparto del bocadillo, una tradición de algunos buques de la Armada, dónde durante media hora al día se reparten bocadillos variados para garantizar el alto rendimiento de toda la dotación, en las horas de la mañana que quedan por delante. Finalizado éste, procedemos con el montaje de la línea del comedor para el reparto de la comida. Habitualmente por la tarde entre las 15:00-18:00 solemos tener tiempo libre para desarrollar otro tipo de actividades, así sea ir al gimnasio, como estudiar o charlas con los compañeros mientras jugamos a las cartas.
Una vez finalizado el tiempo de descanso a las 19:00 trabajamos de nuevo en el reparto de la comida. Después la brigada reúne fuerzas para dejar tanto la cocina y la línea del comedor, como reposterías en perfecto estado de policía para poder dar paso a un nuevo día de forma óptima en nuestra zona de operaciones en la mar.
En la mar, a bordo del BAC “Cantabria”, a 13 de febrero de 2024,
el marinero Alejandro Aneiros.
En el Buque de Aprovisionamiento para el Combate, a 16 de enero del año 2024 apenas iniciado, finalizamos nuestra primera estancia en puerto. Zarpamos de Wilhelmshaven en Alemania para hacernos a la mar poniendo rumbo hacia el mar Báltico concretamente a Klaipeda, principal puerto de Lituania.
Atrás quedan días libres de visitas culturales y descanso de la dotación para cumplir con nuestros cometidos integrados en la Agrupación de la OTAN Nº1.
Con los recuerdos de Navidad y nuestras familias aun frescos en la memoria bordearemos la costa danesa y las frías aguas del mar del norte junto con nuestros compañeros de fatigas y compañeros de la 31ª Escuadrilla de Superficie a bordo de F-102 “Almirante Juan de Borbón”
Nos queda por la proa una intensa semana con plenitud de ejercicios y situaciones diarias como Zafarrancho de Combate para mantener nuestro elevado nivel de alistamiento junto con los Zafarranchos de vuelo y Aprovisionamiento en la mar. Todo ello para poder apoyar a nuestros compañeros en todo aquello que nos requieran, mayoritariamente, víveres y combustible.
Aunque no seamos una unidad de combate como tal como puede ser una escolta, nuestro apoyo es imprescindible para el desarrollo y consecución de la misión al extender las capacidades de la agrupación pudiendo permanecer más tiempo en la mar y por ende cumplir con los objetivos encomendados.
Además, particularmente para el destino de Comunicaciones, el buen funcionamiento de los equipos, junto con una correcta configuración de estos es esencial para poder mantener las capacidades de mando y control. La consecución de una misión militar sin unas buenas comunicaciones, tanto exteriores entre los mandos en tierra y las unidades desplegadas e interiores entre los diferentes destinos del propio buque es casi imposible, como se ha venido demostrando desde el último gran conflicto bélico en nuestra historia. Quedo demostrado en la Segunda Guerra Mundial, que la transmisión de las órdenes e instrucciones a las fuerzas operativas era un elemento crítico para la guerra.
Además de todas las comunicaciones militares, gracias a los desarrollos tecnológicos la sensación de estar fuera del hogar es más llevadera al poder hablar con nuestros familiares con frecuencia y cuando la situación táctica lo permite.
Todo es definitiva hace que las singladuras sean más llevaderas mientras cumplimos nuestra misión y así poder llegar a casa con la satisfacción del deber cumplido.
En la mar, a bordo del BAC "Cantabria", a 16 de enero del 2024,
la sargento Adriana Román.