Vida a bordo

XCVI Crucero de Instrucción.- "Juan Sebastián de Elcano" (A-71)

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Buque escuela "Juan Sebastián de Elcano"
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Buque escuela "Juan Sebastián de Elcano"

Comienza otro martes más navegando a bordo del Juan Sebastián de Elcano. La diana, a 0700 como todo día laborable, se hace un poco menos amarga al recordar que solo quedan 10 días para atracar en Manzanillo, que será el cuarto puerto del crucero.

Después del desayuno –y del primer café del día-, muchos guardiamarinas repasan con ansia sus apuntes antes del examen de empresa; otros, los menos, aprovechan los minutos previos a la prueba para desconectar y rebajar la tensión con alguna broma. Tras las clases y a finalización de las actividades de la mañana, la mitad de ellos toman la meridiana para hacer la primera situación del día, mientras que el resto –afortunados se mire como se mire- pueden empezar a dar cuenta de las costillas con las que cocina palia las vicisitudes de la vida a bordo.

Durante la tarde estaba previsto que los alumnos realizasen actividades de diversa índole con las tradicionales balleneras, pero el Pacífico tenía otros planes, imposibilitando la maniobra con las primeras rachas de viento desde hacía un par de días. Como actividad alternativa, se pone en práctica la maniobra para dar los triángulos de capa, transcurriendo así la totalidad de la tarde.

A 1900, tras adecentarse después de una tarde de mucho trajín, la brigada de guardiamarinas al completo canta la oración en el alcázar, acompañados por la banda de música y leyéndose a continuación la orden de mar para el día siguiente. En esta se puede consultar información relevante como lavandería o la minuta, que suele ser el principal atractivo...

El día finaliza como tantos otros desde que salimos de Cádiz, con la cena, el posterior concierto en cubierta y como no podía ser de otra forma, con los guardiamarinas resolviendo el problema de estrellas del día.

Un saludo para nuestros familiares y amigos, que nos apoyan cada día desde España.

 

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 19 de marzo del 2024,

GM1º Manuel Peláez Gómez.

Comienza un nuevo día en la mar con el toque de diana, siguiendo con un desayuno que nos dará la fuerza necesaria para afrontar con energía el resto de la jornada. A primera hora de la mañana, levamos fondeo para adentrarnos en el tan ansiado cruce al canal de Panamá.

El horario lectivo de hoy ha sido algo distinto a lo habitual, el ambiente que se respiraba entre los guardiamarinas era de una gran expectación y curiosidad por el hito que se estaba llevando a cabo y el Sr. Rodríguez, profesor del CUD, lo sabía perfectamente por lo que las clases de por la mañana fueron algo más breves de lo que nos tiene acostumbrados.

La mañana fue marcada por la constante subida y bajada de palos de no únicamente guardiamarinas, sino también algunos miembros de la dotación que no quisieron perder la oportunidad de subirse a los palos aunque sea por un momento breve para vivir la experiencia del cruce de manera distinta.

La llegada a la primera de las esclusas, la esclusa de Gatún, nos introdujo la magnitud de la obra de ingeniería de la que se trata el canal. La gran mayoría de los presentes no habíamos vivido nada parecido en nuestras vidas; las dimensiones, la maquinaria y la precisión que requería cada proceso era algo sin ningún parecido a nada que hayamos visto en nuestra estrecha experiencia como jóvenes marinos.

Ya cerca del medio día nos adentramos en el lago Gatún, este se trata de un lago natural situado en medio del canal con elevación sobre el nivel del mar, de ahí el uso de las esclusas, por el que pasan diariamente todo tipo de barcos de distintos tamaños y formas. Sus dimensiones son realmente grandes, y muchos podrían decir que se asemeja más a un mar, ya que cuenta con un entramado de islas en su interior que lo hace un escenario digno de película.

El tránsito por el lago termina después de la hora de la comida con la llegada a la exclusa de Pedro Miguel la cual exigió al equipo de navegación  dar el máximo de sí ya que el fuerte viento dificultaba la maniobra de manera notable. Tras esta tuvo lugar un breve fondeo a la espera de que nos abrieran paso para la última exclusa, la de Miraflores.

Durante este fondeo tiene lugar el examen de Meteorología, y a medida que íbamos terminando se empezaron a levar anclas y nos empezamos a adentrar en la exclusa de Miraflores; los más rápidos en terminar no quisieron perder la oportunidad de subirse a los palos una última vez contemplando por la banda de babor el inmenso skyline de la ciudad de Panamá.

Como reflexión personal, creo que somos unos afortunados con todas las experiencias que nos está brindando este viaje, lo que hemos vivido hoy no lo han vivido personas que se han pasado toda la vida en la mar. En este viaje viviremos experiencias que es muy probable que no volvamos a experimentar en nuestras vidas por lo que hay que exprimirlas al máximo y sacar el mayor provecho de las mismas.

Para terminar mando un fuerte abrazo a mis padres y a mi hermana que, aunque crean que no porque no les mando las suficientes fotos, me acuerdo todos y cada uno de los días que pasan de ellos, que sepan que sigo vivo y más contento que nunca.

 En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 15 de marzo del 2024,

GM1º Julián Garófano Gª-Cubillana.

A primera hora de la mañana fondeamos en la entrada del Canal de Panamá con el objetivo de, a lo largo del día de mañana, 15 de marzo, realizar el tránsito por el canal rumbo al Océano Pacífico.

A lo largo del día de hoy el viento se ha mantenido fresquito y hemos tenido una mar marejadilla gracias al resguardo que nos ofrece el dique que se encuentra en la entrada del Canal. Durante la mañana hemos continuado con las materias militares, navales y civiles, aprovechando el tiempo de estudio disponible para adelantar todo el trabajo posible, dado que los siguientes exámenes se encuentran muy próximos por la proa.

Durante las clases de la tarde continuamos con las materias de maniobra y navegación. Todos los días, antes de que comience la misa voluntaria a las 1800, los guardiamarinas se rotan según el nivel de inglés para dar una pequeña clase dirigida por Jack, un oficial de la Royal Navy que convive con nosotros desde la salida de Fortaleza.

Finaliza el día con la oración y con la tradicional lectura de la orden diaria desde el alcázar, a la cual hemos asistido todos los guardiamarinas para poner broche a la jornada de trabajos. Posteriormente ha tenido lugar el reparto de la cena, durante la cual hemos aprovechado la cercanía a costa para planear y reservar algunas actividades para hacer en nuestro próximo puerto, Manzanillo.

Para finalizar el día, los guardiamarinas hemos asistido al concierto como cada noche, pero como de costumbre los jueves son algo especiales, ya que nos juntamos todos y damos una vuelta al barco abrazados bailando al ritmo de Paquito El Chocolatero.

A pesar de que parece que fue hace dos días cuando nos despedimos de nuestros familiares en Cádiz, han pasado ya más de dos meses desde entonces. No obstante, a diario tratamos por todos los medios posibles de contactar con nuestros seres queridos para que nos cuenten como se encuentran y como está todo por nuestra querida y alejada patria. Recibir un mensaje de buenas noches de una madre da fuerzas para otros 6 meses más navegando.

Es por ello, que me gustaría utilizar este mensaje para daros las gracias a todos esos padres y hermanos que os habéis quedado en España, que a pesar de que estamos a miles de millas de casa, hacéis cada día con vuestros mensajes que nos sintamos como si estuviéramos ahí con vosotros a vuestro lado.

Personalmente, mando recuerdos a mis padres y a mi hermana. Soy consciente de que este tiempo separados supone un mayor esfuerzo para vosotros que para mí, sin embargo, los 4 nos veremos compensados cuando nos fundamos en un gran abrazo el día de la llegada a Marín. Antes de este momento, me quedan muchas aventuras por vivir y otras tantas millas que navegar para poder contaros cientos de historias a mi regreso a casa.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 14 de marzo del 2024,

GM1º Salvador Rendo García.

El día de hoy ha comenzado, como no podría ser de otra manera, al toque de diana de las 0700 horas en huso Q, mediante el cual se rigen todos los actos horarios a bordo de nuestro Embajador y Navegante. Tras el icónico chiflido, ha dado comienzo un día de lo más variado y apasionante, donde se han sucedido distintas actividades con la volatilidad que caracteriza un día de singladura.

Continuamos en demanda del puerto de Manzanillo, en Méjico, con toda la dotación todavía sumida en el sentimiento de añoranza de Santo Domingo, que creo poder asegurar que no dejó indiferente a ningún marino de este Bergantín-Goleta. El siguiente hito a alcanzar también colma de ilusión a todos aquellos que lo realizamos por primera vez en nuestra carrera, el cruce del Canal de Panamá, a dónde nos aproximamos con la curiosidad de observar cómo se desarrolla la secuencia de paso por una obra de ingeniería de envergadura semejante y reservada para marinos afortunados, como lo somos nosotros. 

El tiempo hoy se ha mantenido estable y agradable durante toda la jornada, con un viento fresco que ha propiciado la reducción de aparejo durante el día para ir ajustando la velocidad al calendario de acaecimientos que debemos cumplir con rigurosidad.

Para nosotros, los guardiamarinas, el día de hoy se presentaba como un día que nos iba a seguir sumiendo poco a poco en la rutina propia del tránsito entre puertos y, sin embargo, hemos sido sorprendidos por una Maniobra General con el fin de realizar dos viradas, para el buen adiestramiento de los alumnos y la dotación. En esta maniobra hemos estrenado nuevos puestos, sacándonos de nuestra zona de confort, y reavivando las ganas por aprender y aportar todo lo que podamos. Seguidamente hemos asistido a unas conferencias sobre construcción naval, cruce y seguridad del canal de Panamá. En ellas hemos podido comprobar las horas de trabajo invertidas y la pasión volcada de nuestros compañeros destacando, si me lo permiten, la defensa numantina que han protagonizado los guardiamarinas de la conferencia del cruce del canal de Panamá, ante las cuestiones que nuestros oficiales les han planteado acerca del trabajo realizado.

Para mí personalmente, y creo firmemente que para el resto de guardiamarinas también, la preparación demostrada por nuestros compañeros supone un estímulo inigualable para tratar de alcanzar la máxima rigurosidad, pasión y máximo conocimiento; no solamente en nuestros estudios y conferencias, sino en toda nuestra carrera como marinos al servicio de España.

Ruego a la Nª Sª la Virgen del Carmen que nos siga acompañando y cuidando durante nuestra singladura.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 12 de marzo del 2024,

GM1º Pablo Gallardo Delgado.

Comienza la singladura en demanda del puerto de Manzanillo, Mejico.

Tras aprovechar las últimas horas libres de nuestra estancia en Santo Domingo, llega la dotación (entre ellos nosotros, los guardiamarinas) al barco. Rápidamente el buque se prepara para zarpar de puerto y, tras un rato más o menos corto, nos vemos en los tranvías despidiendo con nuestras gorras a todos aquellos que estaban en el muelle para vernos partir. A pesar de haber pasado por esta misma situación ya un par de veces, comentamos entre nosotros que uno nunca se acostumbra a ese momento de abandonar el puerto, sobre todo si este ha sido uno memorable, como es el caso.

Y es que inmediatamente después de bajar de los tranvías, nos vemos envueltos en una maniobra general para izar los ‘cangrejos’ y dotar al buque de lo que le más le caracteriza: velas.

Ya finalizada la maniobra, entra la primera guardia de mar. Comienza entonces para el resto una difícil tarea de reorganización de taquillas para conseguir encajar las compras y regalos adquiridos en el dinámico centro colonial de la ciudad. No siendo todos igual de previsores y teniendo algunos mayor capacidad para la ‘visión espacial’ que otros, conseguimos antes de la cena (para algunos a 1900, para otros una hora más tarde) dejar nuestros sollados arranchados y en buen estado de policía, con todo bien estibado para aguantar los restantes cuatro meses de navegación que nos esperan. Porque hoy, día 9 de marzo, hace exactamente dos meses que la mayoría de nosotros (salvo los afortunados que por proximidad tuvieron un día más) se despidieron de familia y amigos para empezar esta nueva gran experiencia.

Finaliza el día con la observación de estrellas en el crepúsculo vespertino; -retomando costumbres-. Los guardiamarinas se retiran a descansar para coger con ganas el festivo de mañana. Domingo en la mar, día que no paramos de navegar, pero que nos ofrece un pequeño respiro del ritmo constante de clases que vivimos toda la semana. Por suerte o por desgracia, este domingo nos pilla ya descansados (o así debería haber sido, porque efectivamente a veces en puerto se duerme menos que en la mar) y nos ofrece una pequeña prórroga antes de entrar de lleno en la rutina.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 9 de marzo del 2024,

GM1º Daniel Redondo Contreras.

Continúa la travesía en demanda del puerto de Santo Domingo (República Dominicana) a falta de tres días para nuestra llegada a puerto. 

El día comenzó con entusiasmo para todos los guardiamarinas mucho antes del chiflido de la diana, concretamente en el crepúsculo matutino, para realizar numerosas observaciones a las estrellas. La emoción por llegar a puerto está presente en el ambiente mientras desayunamos y conversamos efusivamente en nuestra cámara. Como nunca hay dos días iguales, el aferrado previsto para después de desayunar se pospone debido a las condiciones meteorológicas, con gran decepción de los guardiamarinas…

Después de tres intensas horas de estudio, realizamos el examen de ciberseguridad; para finalizar la mañana con las recaladas del puerto de Santo Domingo.

Tras la comida, el chiflido de maniobra general para aferrado nos sorprende a todos, apresurándonos para llegar a tiempo a nuestros puestos y evitar así ser obsequiados con una o dos cofas. La tarde transcurre rápidamente debido a la alta intensidad de los trabajos y cuando se retira maniobra general, algunos guardiamarinas deciden hacer deporte mientras tienen la suerte de contemplar la belleza del mar y el atardecer en el horizonte.

Finalizaría el día tras la siempre “amena” emisión del telecano, una parodia realizada cada semana por una vigilancia de guardiamarinas diferente, que haría reír hasta a los más malhumorados.

No podría finalizar este diario sin antes despedirme de mis familiares y amigos. Un fuerte abrazo a mi querido Ross y a mi hermana María.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 1 de marzo del 2024,

GM1º Sara Agrelo González.

El día de hoy demuestra que la vida en la mar es impredecible. Lo que parecía que iba a ser un día tranquilo en el embajador y navegante B/E Juan Sebastián de Elcano, terminó siendo un día en el cual se tocaron dos maniobras generales y se realizaron cuatro viradas en demanda de Santo Domingo.

El día comenzó como cualquier otro, la cámara llena de Guardiamarinas comiendo algo para comenzar el día con energía. Tras unas horas de clase que trascurrieron con normalidad y con la mayoría de alumnos ya preparados para la clase de deporte, se tocó maniobra general. Muchos nos vimos obligados a correr a por el arnés, ya que la situación lo requería. Durante ese tiempo tres alumnos pudieron demostrar sus conocimientos marineros realizando tres magníficas viradas.

El día no iba a terminar ahí, tras una comida rodeados de gente de la promoción se volvió a tocar maniobra general, con el fin de poner rumbo a República Dominicana.

Aprovechando la ocasión, con las clases terminadas y vestidos de deporte debido a la maniobra, muchos miembros de la promoción decidimos hacer deporte mientras veíamos el atardecer en cubierta, una motivación extra para los que más les cuesta.

Durante la cena, pudimos ver una gran semifinal de la Copa del Rey y comentar el juego y el resultado entre todos los futboleros de la cámara.

Finalmente, tras la cena, los Guardiamarinas nos vimos obligados a ponernos a estudiar Ciberdefensa, ya que mañana nos enfrentamos al examen final de la asignatura, no sin antes desconectar escuchando el concierto con canciones de Loquillo o el famoso Paquito el Chocolatero.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 29 de febrero del 2024,

GM1º Javier Guitart Sánchez.

En demanda de Santo Domingo nos encontramos surcando las aguas del Mar Caribe, ansiosos de avistar esa vieja España que es Puerto Rico y a continuación la isla de La Española. Rinde la tercera vigilancia durante la guardia de alba.

En el día de hoy se celebra el 487 aniversario de la fundación y ratificación del glorioso cuerpo de la Infantería de Marina (CIM). Un tal día como hoy en 1537 el emperador mundial Carlos I tuvo a bien crear el Tercio Viejo de Nápoles, el cual establecería las bases de embarcar infantería especializada en el asalto a las cubiertas de los buques y posiciones costeras enemigas.

Cabe destacar que la batalla de Santiago de Cuba, durante la Guerra hispanoamericana fue liderada en su mayoría por oficiales del real cuerpo de Infantería de Marina y cuyo arrojo consiguió retrasar el avance de los insurrectos y de las tropas norteamericanas.

El día transcurrió con normalidad, clases universitarias, algunas de carácter militar y una apasionada exposición sobre la historia y proyección del CIM de nuestros compañeros, Salvador Medrano, Enrique Paniagua, Miguel Martín, Adrián Almansa y Pablo Linares. Culminamos el día con el acto de conmemoración. Lectura del decreto de creación de la CIM, la ceremonia de transmisión de legado y por último el segundo mandamiento del decálogo escuchado por todos y gritado por nuestro compañero Pablo Linares.

Nos sigue sorprendiendo la inmensidad del legado que tienen las Fuerzas Armadas españolas y la cantidad de tradiciones que se mantienen. Considero que es nuestro deber como militares hacer más accesible al público toda nuestra historia, puesto que la tradición militar parece que tiene menos influjo a día de hoy.

Al final del día, después de una buena cena y haber hecho algo de deporte, en la Cámara se empiezan a acumular aquellos que van peor con las materias académicas, conferencias profesiones o recaladas. Todos trabajando a destajo para cumplir con los estándares y a ser posible, superarlos.

En la mar, a bordo del B. E. “Juan Sebastián de Elcano”, a 27 de febrero del 2024,

GM1º Nicolás García-Amorena Lorente.

La ansiada llegada al Caribe

Nos encontramos navegando a levante de la isla de Santa Lucía, el día comienza a las 3 de la madrugada con la, deseada por todos, guardia de alba y su respectivo momento de respeto para el aseo personal y el arranchado antes del comienzo de la jornada.

La vigilancia transcurre con normalidad, con sus trabajos pertinentes y los primeros movimientos por cubierta por parte de los panaderos. Pero en cuestión de minutos el viento comienza a arreciar y el buque a escorar. Nos hemos topado con un chubasco, algo muy común en esta zona, pero la perspicacia del personal de puente y cubierta hace que lo libremos rápidamente. Por suerte durante la noche se cargaron las velas altas y eso hace que el chubasco se aleje sin mayor preocupación que la caída de unas bandejas en cocina que forman un fuerte estruendo.

Poco después de las 7 bajamos a la cámara de Guardiamarinas, ahí nos encontramos con nuestros compañeros y hacemos correr el rumor de la maniobra general a las 8. Puntual como un reloj escuchamos por órdenes generales el aviso y subimos rápidamente para virar rumbo al paso entre islas y para modificar el aparejo. Algunos como mi compañero Eloy y yo tenemos la suerte de acompañar a los gavieros y subir a los palos para dar las velas altas. Desde arriba todo se ve diferente, las preocupaciones se limitan a lo que tienes justo delante de las manos y, por supuesto, las órdenes que nos llegan del contramaestre desde cubierta. Las vistas son tranquilizadoras y la sensación de altura extrañamente reconfortante.

Tras acabar con la maniobra, bajamos para cambiarnos de uniforme y comenzar con las clases. Mientras estas transcurren algunos nos distraemos observando tierra por los portillos de la cámara, por primera vez desde la partida de Fortaleza. Las clases acaban con una nueva virada, esta vez para poner rumbo al oeste, entrar en el caribe y continuar con la derrota prevista.

Tras la comida y el descanso, necesario para los que empezamos el día antes que el resto, continuamos con el periodo lectivo de la tarde. A diferencia de la mañana, esta vez con clases de ámbito militar. Al finalizar la jornada, tiene lugar la misa y, posteriormente, la oración junto con la lectura de la orden diaria.

En el espacio de tiempo libre hasta el reparto de la cena, algunos deciden ejercitarse mientras otros prefieren aprovechar para adelantar en materia de estudios. Después de la cena, momento que tenemos para reunirnos todos y comentar el día, tiene lugar el concierto y con su finalización la inmensa mayoría nos retiramos a descansar, mientras unos pocos se quedan en pie por compromisos académicos.

En la mar, a bordo del B. E. “Juan Sebastián de Elcano”, a 26 de febrero del 2024,

GM1º Javier Mestre Mora.

Continúa la travesía en aguas del Atlántico con rumbo a Santo Domingo, aunque todavía ello nos parece un horizonte muy lejano. Yo confieso que este es el puerto más ansiado por muchos.

Aquí, en el vasto océano, Elcano es el único testigo de los amaneceres más alucinantes que podamos haber visto nunca.

Durante la mañana se tocó maniobra general para izar escandalosas ya que el viento era idóneo para ello. Más adelante continuamos con las conferencias de historia. Esta vez tuvimos una reseña sobre la circunnavegación del globo de Elcano y Magallanes, haciendo hincapié en las consecuencias que este viaje acarreó en el curso de la historia.

La comida de hoy es algo para recordar, pues estaba deliciosa, y aunque comamos en varias mesas, durante el transcurso de ésta charlamos unos con otros alegremente. Después continúan trabajos para dotación y clases para guardiamarinas. Por la tarde, al finalizar trabajos, la vida alrededor sucede tranquilamente: unos estudian, otros van a misa, unos charlan con la mirada en la mar, algunos entran de guardia sin novedad, en el alcázar otros hacen deporte.

Al fin llega el ocaso y el tiempo mejora aún más. Hace buena noche para cazar el trinquete por lo que conseguimos dar un andar de 10 nudos a vela, lo cual nos deja a todos perplejos. El día acaba, como no podía ser de otra manera, con ‘Paquito el chocolatero’ retumbando en todas las cuadernas del barco acompañado del ¡eh-eh-eh! de nuestros compañeros en el concierto en cubierta.

No queremos cerrar este diario sin antes saludar a nuestras familias y amigos. Un abrazo a Ignacio y un beso muy fuerte especialmente a Cusimoni.

En la mar, a bordo del B. E. “Juan Sebastián de Elcano”, a 23 de febrero del 2024,

GM1º Rodríguez Torrente y GM1º Rizo Cuquerella.

    

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