Se conoce por acromático al anteojo refractor en el que, mediante el uso de lentes compuestas en el objetivo, se consigue eliminar el defecto óptico de la aberración cromática. Este tipo de anteojos fue patentado por el óptico inglés John Dollond en 1758, tras la demostración teórica de la posibilidad geométrica de fabricar objetivos acromáticos, publicada por Euler en 1747.