El patrullero “Barceló” realizó el pasado día 1 de septiembre su última navegación en aguas de la bahía de Cádiz, quedando finalmente atracado en los muelles de Arsenal de La Carraca, donde hoy queda inmovilizado dentro del proceso de baja en la Armada. El buque dejará de depender del Almirante del Mando de Acción Marítima de Cádiz, para pasar a depender del Almirante del Arsenal de La Carraca.
Tras más de treinta años de servicio a la Armada, los patrulleros de la clase “Barceló” dejarán de formar parte de los buques asignados a la Fuerza de Acción Marítima. A la reciente baja en la Armada de los buques de esta clase “Acevedo” y “Cándido Pérez” en el primer semestre del 2009, hoy 3 de septiembre el “Barceló” iniciará en el Arsenal de La Carraca de San Fernando la Fase de Inmovilización previa a su baja, y el 4 de septiembre el “Ordoñez” se dará de baja en la lista oficial de buques de la Armada, por lo que solo quedará en servicio el patrullero “Laya”.
El proyecto de los patrulleros clase “Barceló” nació a principio de los años 70, en base a un convenio de financiación entre los entonces Ministerio de Marina y Comercio. Con el objetivo de reforzar la Armada con un buque rápido, marinero y con cierta capacidad artillera, se decidió apostar por la experiencia alemana en el diseño, desarrollo y elaboración de este tipo de navíos. Tras ser construido en los astilleros de Lürssen, en Bremen (Alemania), en 1975 se entrega a la Armada española el patrullero “Barceló”, primero de la serie y que da nombre a su clase. Posteriormente, la antigua Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia), completó la serie con la construcción de cinco unidades más en los astilleros de San Fernando (Cádiz).
Desde el Arsenal de La Carraca han partido e iniciado gran parte de sus singladuras y, tras cruzar los caños y pasar bajo el puente Carranza, han visto innumerables veces empequeñecer la silueta de la ciudad de Cádiz mientras se adentraban en alta mar en demanda de una nueva misión al servicio de España.
Las misiones asignadas a estos patrulleros se han centrado en: reforzar la presencia y vigilancia en los espacios marítimos de soberanía e interés nacional; la colaboración con otros organismos e instituciones del Estado en tareas de salvamento marítimo, narcotráfico, contrabando, inmigración ilegal, terrorismo, vigilancia de pesca o desastres ecológicos; y en otros cometidos especiales como son el mantenimiento de la legalidad nacional e internacional, la inserción de Fuerzas de Operaciones Especiales, y la colaboración con otras unidades de la Armada. Entre sus misiones más recientes y que han tenido cierta repercusión en los medios de comunicación, cabe destacar: su integración en el dispositivo multinacional de la operación “Active Endeavour” activada tras el atentado del 11 de septiembre de 2002 para escoltar a mercantes en su paso por el Estrecho de Gibraltar; la protección del Islote de Perejil tras lo hechos ocurridos en el verano del 2002; la vigilancia sobre el buque de explotación subacuatica Odissey Explorer y la permanente implicación en la lucha contra la inmigración ilegal, entre otras.