Vida a bordo

En el día de hoy, nos encontramos navegando en aguas del Mediterráneo, el Cantabria realiza labores de vigilancia y sus funciones como barco de aprovisionamiento dentro de la agrupación. Como miembro del EOS (Equipo Operativo de Seguridad) hoy hemos estado adiestrándonos todo el equipo al conjunto para mantener nuestras capacidades siempre al máximo. Comenzamos el día haciendo deporte todos juntos, excepto los compañeros que se encontraban de vigilancia en el puente, y a pesar de los bamboleos del barco.

Después nos fuimos a duchar y a prepararnos para recibir una clase teórica sobre armamento. Cuando estábamos a punto de empezar, hubo un simulacro de ataque hacia el buque y rápidamente todos ocupamos nuestros puestos en el ejercicio para combatir la supuesta amenaza. Es un ejercicio complejo porque toda la dotación ocupa su puesto con un margen muy pequeño de tiempo, concretamente, nosotros nos encargamos de dar seguridad cercana según el alcance del armamento. Los resultados han sido buenos, ya se nota que llevamos más de un mes navegando y hemos practicado mucho.

Una vez terminado el ejercicio, recogíamos todo e íbamos a comer en el primer turno y los compañeros que estaban de vigilancia ocupan de nuevo sus puestos. Pero aquí nadie se queda sin comer, al acabar su turno son relevados y van al siguiente turno de la comida.

Finalizada ya la comida, toca un rato de descanso, para poder continuar con el adiestramiento por la tarde. Con la ayuda indispensable del personal sanitario realizamos prácticas y teóricas sobre primeros auxilios, tanto en el combate, como contra una incidencia cotidiana como puede ser un golpe de calor. Todo esto lo hacíamos con todo el material (chaleco antibalas, casco balístico, rodilleras…) y equipo puesto, para poder estar preparados y adaptados a las situaciones que podamos tener.

Mientras practicábamos primeros auxilios, otro compañero estaba realizando labores de seguridad como tirador. Embarcado en el helicóptero, pueden practicar con las dificultades añadidas del ruido, las vibraciones y el espacio disponible.

Una vez terminadas las actividades fuimos a cenar, ensaladilla de pulpo y lomo a la mostaza. Eso sí que es recuperar fuerzas. Después de cenar, aquellos que tienen turno de noche se preparan para pasar unas horas en vela vigilantes en el puente. El resto, nos vamos a dormir con ganas de empezar otro día nuevo a bordo.

SDO Javier García San Isidro

Hola tita,

Hoy he tenido un día un poco ajetreado. Me levanté y fui a desayunar, allí me encontré a mis compañeros y estuvimos hablando sobre nuestros respectivos trabajos en el barco. Me encanta hablar con ellos de los motores, ya que es mi destino a bordo.

A las 10:00 hicimos un ejercicio de adiestramiento en el que se simulaba un incendio en una zona del barco. En este ejercicio nosotros tenemos que vestirnos de bomberos y dar las instrucciones pertinentes para apagar el fuego. Aunque se pasa mucho calor me gusta mucho este tipo de actividades porque se hace mucha piña con toda la dotación.

Después entré de vigilancia. Los marinos llamamos vigilancias a los diferentes periodos de tiempo en los que se divide cada día, y en los cuales estamos de guardia cada uno en un puesto de los diferentes destinos a bordo.

Aunque esté lejos de casa, estoy contento en este barco porque la gente es amable, simpática y nos apoyamos entre nosotros cuando nos surge cualquier anomalía.

He conocido a un piloto y un mecánico de helicópteros que vienen con nosotros, me llevo muy bien con ellos. El mecánico es de Málaga, es muy gracioso y siempre anda contando anécdotas en nuestro comedor, sacándonos una sonrisa.

Más tarde, salí a cubierta y estábamos dándole combustible a un barco italiano. Allí me encontré al mecánico del helicóptero que ya te mencioné y me acompañó al hangar. En un futuro me gustaría ir destinado a la Flotilla de Aeronaves de la Armada, por lo que siempre le estoy dando la tabarra de cuándo me pueden llevar a volar.

Espero que toda la familia esté muy bien, me acuerdo mucho de mi madre. Seguro que allí donde esté, estará orgullosa de mí.

Muchos besos para todos. Nos vemos pronto.

Te quiero.

Sgto. Francisco Jesús Calero Tejera

Después de varios días en el puerto italiano de Tarento, comienza el día con la salida a la mar rumbo a la bahía de Souda, en Grecia. Del puerto que dejamos atrás, nos llevamos unos días magníficos aprovechando el buen tiempo, pese a poder salir solo unas pocas horas en grupos aislados por las restricciones del Covid-19; sin dejar de disfrutar de lo que supone visitar lugares nuevos, no olvidaremos el recuerdo de su casco antiguo, el puente, la iglesia, el centro y su comida.

Volviendo a la navegación, hoy hemos hecho las maniobras de desatraque del barco bajo un sol abrasador, recordándonos que, a pesar de estar ya en Septiembre, seguimos inmersos en el clima Mediterráneo. Ha sido un día también de nervios para los que llevamos menos tiempo, pues el helicóptero había sido sometido a unos mantenimientos, y hoy, después de ser finalizados, volvía a volar. Gracias a la destreza de los mecánicos, ha podido completar con éxito las pruebas de vuelo y así poder contar con su ayuda en esta navegación.

Después de una mañana ajetreada, ya navegando y con todo funcionando, por fin llega la hora de comer. Hoy la cocina nos tenía preparado un buen plato de pasta al pesto y lubina, tan bueno como abundante y después nos toca entrar de vigilancia durante la tarde; en concreto, yo trabajo en el puente del barco junto con 7 compañeras y compañeros. Desde una de las zonas más altas del barco, llevamos a cabo la navegación del buque con diferentes funciones repartidas entre todos nosotros. Al acabar la vigilancia de 6 horas, hemos ido juntos al comedor donde además de cenar pasamos un buen rato hablando con otros compañeros que montan su vigilancia en otros destinos del buque.

Después de la cena, como casi todos los días, algo de deporte a bordo para estar en forma. Nos gusta juntarnos varios compañeros para que así sea más motivador y ameno. Al acabar, una ducha y hablar por teléfono con la familia y amigos. Para cuando termino, es ya hora de acostarse, mañana toca otro día de navegación.

Y ahora, mientras escribo este diario de a bordo antes de dormir, tengo que agarrarme bien, pues a diferencia de en tierra, aquí la cama no siempre se está quieta…

MRO Mario Rodríguez Neira.

El Buque de Aprovisionamiento de Combate CANTABRIA (A15) ha comenzado su participación en la Agrupación Permanente de la OTAN Número 2 (SNMG2), que despliega habitualmente en el Mar Mediterráneo.

En la navegación en demanda del puerto de Tarento (Italia), hemos comenzado un ritmo exigente de actividades a bordo, en la que convivimos 178 mujeres y hombres, de la dotación, del Equipo Operativo de Seguridad de Infantería de Marina, y de la Unidad Aérea Embarcada que se conforma con un helicóptero modelo SH3D, de la 5ª Escuadrilla de Aeronaves de la Armada, al que denominamos como MORSA.

El buque realizó en el pasado mes de julio su calificación operativa para los cometidos para los que es empleado en las agrupaciones navales, en multitud de áreas de capacidad.

Nuestra misión principal es la de apoyar logísticamente al resto de unidades de la fuerza naval, con capacidad de suministro de combustible marino, combustible de aeronaves, agua, víveres, munición o piezas de repuesto.

También disponemos de un pequeño hospital, entre las que se incluyen 4 unidades de UCI, y un gabinete odontológico.

Con el hangar y la cubierta de vuelo, podemos embarcar hasta 3 helicópteros, aunque en esta navegación embarcamos al MORSA.

En el barco navegamos en una organización operativa, para garantizar la seguridad en la navegación, cumplir con los cometidos asignados de carácter táctico y hacer frente a todas las incidencias internas de seguridad.

Todo ello incluye equipos permanentes de navegación, comunicaciones, máquinas y electricidad, cubierta, información y combate, vuelo y un grupo especialista en contraincendios y averías. Y cuidando de todos ellos, el personal de cocina, habitabilidad y sanidad.

Alberto Torres Alles, Comandante del BAC ‘Cantabria’