Vida a bordo

B.A.A. "Galicia". VI crucero de instrucción GG.MM.

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Navegaba el Buque de Asalto Anfibio Galicia por aguas de la Bahía de Cádiz, con viento flojito del Este y mar en calma chicha. La visibilidad en el crepúsculo matutino era excelente, eran las condiciones meteorológicas idóneas para regresar a tierra tras estos cinco primeros días de navegación. Tras el desayuno, se tocó por órdenes generales Babor y Estribor de Guardia. Cada uno fuimos de inmediato a nuestros puestos para realizar la maniobra de atraque.

Una vez atracado el buque y establecidas las guardias de puerto, comenzaron las salidas de francos por grupos de convivencia. Algunos compañeros decidieron ir a la playa a disfrutar de un soleado día, otros decidieron conocer Rota y sus alrededores.

Mientras tanto, a bordo del buque, el personal designado para la guardia de puerto realizaba sus labores correspondientes. Finalmente, con la llegada del ocaso se realizó el arriado de bandera con los honores de ordenanza, finalizando así otro día a bordo del Buque de Asalto Anfibio Galicia.

Durante la madrugada estamos navegando en demanda de Faro, Portugal donde hemos fondeado alrededor de las 07:30, es aquí donde toda la dotación del buque y aspirantes de la ENM formaremos parte de los ejercicios designados para el día de hoy.

En primer lugar, una vez fondeados en Faro se han realizado operaciones de buceo en las inmediaciones del buque por parte de la dotación. Seguidamente se ha realizado un ejercicio de cambios de frecuencias de distintos equipos según el plan establecido en un momento determinado. En este momento los aspirantes hemos aprovechado para familiarizarnos con el uso de dichos equipos y los procedimientos pertinentes.

A continuación, el buque ha realizado un lastrado para que se lleve a cabo un ejercicio con las LCM’s. Las LCM’s son las lanchas utilizadas en los desembarcos anfibios que permiten desarrollar las propiedades específicas del buque que lo hacen tan determinante en las misiones que desempeña, como lo son la capacidad de proyectar la fuerza desde la mar en tierra.

Tras la hora de la comida, hemos comenzado a levar para continuar el tránsito en este crucero de instrucción poniendo nuevamente rumbo a la Base Naval de Rota. El día ha seguido su curso habitual, hasta que al comienzo de las actividades de la tarde hemos recibido una conferencia de sanidad en la que se nos han expuesto las medidas tomadas tanto por la Armada como por el buque como precaución por el Covid-19 en relación a la vida fuera del barco durante los primeros días en tierra después de una semana de navegación.

Dicha conferencia ha sido precedida nuevamente por un ejercicio simulado de hombre al agua, así como una recalada y una conferencia cultural sobre Rota impartidas por los alumnos de la ENM.

Finalizados los ejercicios propuestos del día, tratamos de aprovechar el tiempo de descanso disponible para así poder dar el máximo de nosotros mismos también durante las horas de guardia nocturnas.

En tal día como hoy, navega el Buque de Asalto Anfibio Galicia hacia aguas portuguesas. Tras dos días de ejercicios anfibios en los que tanto la dotación, como el personal de los medios de desembarco que llevamos embarcados, como los Aspirantes, hemos requerido del máximo de nosotros mismos para culminar con éxito los diferentes ejercicios que se han venido realizando.

Ahora que comenzamos estos días de navegación, podría parecer que la vida a bordo podría volverse monótona. Nada más lejos de la realidad, pues la rutina del buque se ve interrumpida por multitud de actividades y sucesos, desde zafarranchos de vuelo, a conferencias sobre las diferentes y diversas capacidades de la Armada, o sobre personajes cuya entrega al servicio de España les hace merecedores de que su vida sea recordada y estudiada por las generaciones venideras, y cuyo ejemplo intentamos seguir para lograr que la Armada esté siempre plenamente preparada para aquello que nuestra Patria requiera, sin importar cuándo, dónde ni por qué.

Las actividades a bordo nos permiten conocer los diferentes aspectos de la vida a bordo. Por un lado, en la guardia de máquinas se comprueba que el buque esté en todo momento en disposición de navegar y maniobrar. En la guardia de seguridad interior comprobamos que en todo momento se conserve la correcta estanqueidad del buque, mientras que en la guardia de CIC (Centro de Información para el Combate) nos familiarizamos con el uso de diferentes equipos de los que el buque dispone. Por último, en la guardia de puente ocupamos los puestos necesarios para asistir al oficial de guardia en la navegación.

Y resulta complicado pensar en alguna guardia de la que no hayamos salido sabiendo al menos un poco más que cuando entramos, o una pregunta que haya quedado sin responder. En todos los destinos se respira un ambiente que nos facilita el conocer cada vez un poco más como son los diferentes trabajos de la dotación en los diferentes lugares del buque.

De esta manera, mientras continuamos nuestra singladura con rumbo a aguas de nuestro vecino Portugal, seguimos trabajando sin descanso para adquirir todos los conocimientos y experiencias que nos permitan nuestras capacidades, y así ser en el futuro los oficiales que la Armada y España necesitan.

Bueno, nuestro tercer día a bordo y ya nos sentimos parte del barco y parte de la dotación. Los días pasan volando, tras la experiencia vivida en el día de ayer en las embarcaciones LCMs y desembarco en el Retín, no sabemos lo que nos puede deparar el día de hoy.

Amanecemos con nuestras rutinas cotidianas, lo primero de todo nos pasan revista para estar con la uniformidad perfecta, a continuación cada uno se incorpora a su guardia correspondiente y el resto de los alumnos francos acuden a deporte a mantener la forma física.

Durante la mañana, presenciamos ejercicios de hombre al agua, con todos los procedimientos que se tienen que llevar a cabo, nos dimos cuenta de la importancia de tomar las reacciones lo más rápido posible, manteniendo en todo momento la calma para poder tener el náufrago a bordo lo antes posible y en el mejor estado de salud posible. A su vez, se realizó un ejercicio simulando de fallos en la propulsión del buque y como son capaces de asumir el control con diferentes procedimientos.

Por la tarde, tuvimos la oportunidad de presenciar el desembarco de las LCMs estando a bordo, pasamos por los diferentes puestos que hay que ocupar en operaciones anfibias, en el puente observábamos como navegaban a un rumbo concreto para la seguridad de las embarcaciones, en el control del dique se observa las condiciones que tienen en garaje con el que están en continua comunicación, en el garaje se encarga de hacer firmes dichas LCMs y es muy emocionante ver como entran desde la mar al garaje a través de un espacio muy ajustado, por último en el CIC, aprendimos como llegaban a establecer comunicaciones entre el buque y las LCMs.

Y llego la noche con luna llena, unos descansando para montar guardia a media noche y otros ya en sus respectivos puestos, dándolo todo e impacientes por todo lo que nos puede venir por la proa el día de mañana.

Comenzamos el segundo día de embarque con ganas de más y un mar de inquietudes que solventar. Mientras que algunos de nuestros compañeros nos dan las buenas noches saliendo de la guardia de noche, otros damos los buenos días. Empezamos a notar las primeras reacciones del cuerpo a adaptarse al régimen a bordo de guardias aunque no finaliza el día y ya estamos a pleno rendimiento. Hemos sido divididos en grupos que cada semana rotará por los diferentes servicios del barco, con el objetivo de tener la visión general del funcionamiento del buque y el papel de cada destino del buque en cada situación táctica. Cada uno tiene su momento, desde el panadero hasta el artillero, todos trabajando en sinergia y coordinación.

Hoy, además de conferencias y charlas formativas, hemos podido formar parte de un desembarco anfibio, principal misión del Buque de Asalto Anfibio Galicia, embarcando en las embarcaciones de desembarco anfibio, llamadas LCM. Estas embarcaciones varan en la playa para que vehículos e infantes de Marina desembarquen y sí, te mojas, con suerte solo hasta la cintura.

Hemos presenciado la importantísima labor del componente terrestre de la proyección naval con nuestros compañeros infantes de marina. Una capacidad expedicionaria difícil de explicar con palabras y que hay que vivir para comprender en su totalidad.

Simultáneamente, hemos podido ver el despliegue anfibio del Juan Carlos I con medios aéreos por aire y anfibios por mar.

Otro acaecimiento relevante ha sido presenciar Zafarrancho de Combate, en el cual cada miembro de la dotación cubre su puesto para el combate. En este primer Zafarrancho de Combate hemos organizado un trozo de seguridad interior con el cual practicaremos procedimientos de ataque al fuego y coordinación de acciones a tomar.

Estos primeros días hacen patente lo que para los Aspirantes es requisito indispensable; la capacidad de adaptación es vital para un oficial de la Armada. Si bien el cambio de la vida en la Escuela Naval a estar embarcado es notable, todos y cada uno de los futuros oficiales hemos intentado, en la medida de nuestras capacidades, demostrar esa capacidad de adaptación para poder aprovechar al máximo esta oportunidad de conocer desde dentro los buques y unidades de la Armada. Sin embargo, este proceso de adaptación y aprendizaje no sería posible sin la implicación de la dotación, suboficiales y oficiales del buque. Afirmo, sin temor a equivocarme, que desde el marinero más moderno, hasta el mismo Comandante, han mostrado una disposición extraordinaria.

Hemos finalizado el segundo día de este embarque de fin de curso con no saber nada habiendo aprendido mucho.

Tras haber embarcado ayer domingo a bordo y haber superado el primer reto de localizar los compartimentos en los que nos alojaremos, hemos comenzado hoy lunes el Crucero de guardiamarinas. Para la mayoría de nosotros esta es la primera experiencia a bordo en un buque de la armada y la actividad es frenética. Todo a nuestro alrededor es nuevo y nos faltan los minutos para poder abarcarlo todo.

Como actividad más importante del día, hemos realizado un ejercicio de abandono de buque en el que tanto nosotros como el resto de dotación, hemos practicado toda la secuencia de acciones a tomar en la desafortunada situación de abandonar el buque. Nos ha llamado la atención la necesidad de embarcar en las balsas salvavidas armas no solo en caso de encontrarnos en aguas enemigas, sino también para la defensa en caso de ataque de escualos en aguas cálidas.

Hemos requerido del máximo de nosotros mismos para culminar con éxito los diferentes ejercicios que se han venido realizando, con la dificultad añadida de cumplir con las normas de prevención de la Covid. Estas circunstancias nos han permitido experimentar de primera mano la capacidad de proyección de la Armada, característica única de la misma y que alcanza su máxima expresión cuando Cuerpo General de la Armada y Cuerpo de Infantería de Marina trabajan de la mano en perfecta armonía.

Acabamos el día con buenas sensaciones y un sentimiento de agotamiento mental propio de un día aprovechado al máximo.

    

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