Vida a bordo

XCVI Crucero de Instrucción.- "Juan Sebastián de Elcano" (A-71)

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Buque escuela "Juan Sebastián de Elcano"
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Buque escuela "Juan Sebastián de Elcano"

Comienza una nueva singladura en demanda de Panamá, recibiendo la noticia de que se adelanta la entrada en puerto al 7 de mayo.

La poca intensidad de viento obliga a cargar las velas de cruz y a dar máquina. Mantenemos un aparejo de cuchillo hasta foque con todo cazado al medio intentando aprovechar al máximo esos vientos suaves de componente norte que se han mantenido constantes a lo largo de todo el día. Poco a poco, a medida que navegamos al sur, se empieza a notar nuevamente el calor propio de latitudes inferiores.

Continúan las intensas jornadas lectivas para Guardiamarinas. Comienza el día con la puesta en marcha por parte del nuevo profesor, D. Guillermo Lareo, de la asignatura de máquinas de fluidos, la cual servirá de gran ayuda para entender diferentes sistemas que componen el barco. Continuamos la mañana con asignaturas militares como Historia, Logística, Liderazgo e incluso Derecho. Al finalizar la mañana, y puesto que el cielo despejado lo permitía, los Guardiamarinas salimos a castillo a observar la meridiana, para posteriormente realizar los cálculos oportunos y situarnos en algún punto del vasto Océano Pacífico.

Finaliza la jornada y algunos aprovechan para descansar, para hablar con sus familias o para hacer deporte. Tras el reparto de la cena y la calle de la tapa, a la cual solo un número de afortunados pueden acudir, da comienzo el tradicional concierto diario. Como todos los jueves, el concierto finaliza con nuestro querido “Paquito el chocolatero”. Algún miembro de dotación y Guardimarina le echan valor y se hacen con un bombo y unos platillos para apoyar a la banda mientras suena la canción. El resto, les perseguimos alrededor de cubierta cantando y saltando, reforzando así el vínculo entre todo el personal de a bordo, tan necesario para una buena convivencia durante la navegación.

No me quiero despedir sin antes mandar un fuerte abrazo a mis familiares y amigos, en especial a mi hermana Sofía. En nada nos vemos “carva”.

Nos encomendamos a la Virgen del Carmen para que nos acompañe y nos proteja a lo largo de toda la travesía.

En el Océano Pacífico, en demanda de Balboa y a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 18 de abril del 2024.
Guardiamarina de Primero Andrés Ayán Durán

Continúa la travesía a San Diego por el pacífico, esta vez ya fondeados en la propia bahía de San Diego. La meteorología en el día de hoy mejora crecientemente con respecto a los días anteriores de navegación, aclarando el cielo y mostrándose un día soleado que trae con sigo un amaine del viento, también producido por encontrarnos inmersos en la bahía.

El régimen del día de hoy es de intensivo, por lo que significa sacar brillo a el buque para que nuestros queridísimos invitados y la gente que venga a visitarlo lo vea en el mejor estado de revista posible. A esto dedicamos toda la mañana.

Posteriormente, ya en la comida podemos disfrutar del fútbol con los dos partidos de la Champions league entre el Barcelona vs PSG, y el Atlético de Madrid vs Dortmund, lo cual, como aficionado rojiblanco, me complace decir que ganamos 2 a 1 frente al Dortmund.

Tras la comida, muchos como yo salimos al alcázar y aprovechamos la cercanía a costa para llamar a nuestros familiares después de esta corta pero intensa navegación. En mi caso, tuve la suerte que me cogiera el teléfono mi madre, eufórica, debida a que también estaba presenciando la victoria del Atlético de Madrid y mi hermana pequeña Silvita, la cual no dudó en acercarle el teléfono a mi queridísimo perro para que pudiera verlo.

Por la tarde, realizamos dos exámenes. El primero fue de Navegación y el segundo fue de Formación militar básica. Tras esto y antes de la cena, nos dedicamos a darle los últimos retoques al buque antes de la entrada a puerto.

Por último, tuvimos la suerte de que nuestro equipo de cocina cerrase el día con un plato que nunca falla, hamburguesa completa con patatas fritas.

Antes de despedirme quería mandar un abrazo a todos mis familiares y amigos, especialmente a mi amigo Jaime, el cual se encuentra en una situación complicada.


A bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 10 de abril del 2024.
Guardiamarina de Primero Javier Cervera Saenz de Santa María

Comienza la jornada en demanda del puerto de San Diego y como cualquier lunes empieza la mañana para algunos no tan bien tras una dura guardia de alba.

Continuamos navegando con viento frescachón por la proa con el aparejo reducido al cangrejo mayor popel antagallado a la segunda faja de rizos y con trinquetilla. El barco sigue moviéndose sin parar de una lado hacia otro y de la misma manera continúan los guardiamarinas acostumbrándose a malos días de mar.

Por la mañana tuvimos tiempo de preparar conferencias y exámenes que nos vienen por la proa y, tras la comida daban comienzo las conferencias de San Diego. En estas conferencias los compañeros de la cuarta vigilancia nos expusieron la recalada de navegación, la conferencia de seguridad y la recalada cultural de la ciudad. En la recalada de navegación nuestros compañeros nos expusieron con todo detalle tanto el fondeo del día previo, la entrada y la salida de puerto, así mismo dieron a conocer al equipo de navegación que estará en puente durante la entrada y salida de puerto. En cuanto a la conferencia de seguridad, nuestro compañero infante de marina de la cuarta vigilancia nos expuso con todo detalle los peligros de seguridad con los que podemos hacer frente en la ciudad y como tratar con ellos. Por último y no menos importante la recalada cultural nos dio una idea de lugares que visitar durante nuestra estancia en puerto así como los mejores sitos para pasarlo bien después de duros días de navegación.

Una vez acabaron las conferencias, ya se empezaron a ver a los primeros deportistas subir a cubierta para, aguantando el equilibrio por el movimiento del barco, poder mover un poco el cuerpo y despejar la mente. También se ve por cubierta a algún que otro lector interesado en sus páginas o incluso corrillos de gente planeando su pequeña escapada a San Diego.

Llegaba la hora de la cena y es el momento en el que los guardiamarinas se sientan en sus mesas y esperan ansiosos lo que el espectacular equipo de cocina de a bordo ha preparado. Esta vez nos sorprendieron con un puré de verduras y con un espectacular revuelto ibérico que pocas personas podrán probar.

Terminada la cena la cámara poco a poco se va vaciando y con ello el día se va acabando. Debido al movimiento en cubierta no hubo el tradicional concierto de la banda de música y ya solo quedan unos pocos que tienen conferencias que preparar o algunos otros que se quedan estudiando para futuros exámenes.

No quería antes acabar sin mandar un saludo a mi padre, a mi madre y a mi hermano a los que les agradezco enormemente el cariño que me transmiten todos los días y a los que espero ansioso en el famoso muelle de torpedos. 

En el Océano Pacífico, en demanda de San Diego y a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 8 de abril del 2024,

Guardiamarina de Primero Alejandro Serrano Montesinos

 

 

Comienza domingo en demanda del puerto de San Diego con su diana tardía que para muchos ese tiempo de más sabe tanto a gloria como a alivio al saber que es día de descanso.

Continúa nuestro temporal y hoy hemos tenido que arriar el cangrejo del trinquete, quedando de velamen la trinquetilla y el cangrejo del popel. A pesar del continuo zarandeo, del viento y de las olas, el barco continúa con rumbo claro y firme en contra de toda ola para llegar a San Diego en el día esperado.

Debido al oleaje y al viento no hemos podido tener en cubierta el Santo Sacrificio de la Misa que se celebró en cambio en la cámara de los guardiamarinas; y tampoco el concierto característico de los domingos se ha podido suceder, concierto en el que los músicos nos dan un refresco tanto de pasodobles españoles tan míticos e incluso canciones actuales o clásicas de las que todos conocemos la letra.

Así, hemos podido sacar horas para leer, escribir cartas, jugar a algún juego de mesa como el Catán y sobre todo, estudiar, sobre todo los valientes guerreros que mañana pelearán quitarse por fin una asignatura y a los que les deseamos suerte, vista ¡y al toro!

Como es costumbre española un domingo, desde cocina nos han alegrado la comida ofreciéndonos un exquisito arroz con marisco y un solomillo de cerdo acompañado de champiñones. Y para nuestra sorpresa, semejante manjar venía acompañado de un magnífico helado de vainilla, lujo del que no solemos disponer y que nos ha traído una gran sonrisa.

Hemos aprovechado muchos y yo personalmente a contactar con nuestros seres queridos mediante Whatsapp que siempre supone una gran alegría y aliento capaz de mantener la moral y las ganas altas.

Quiero aprovechar también para lanzar una reflexión sobre el compañerismo. En la milicia el compañerismo es fundamental y es muy marcado, en la Armada este compañerismo se lleva hasta su más profundo significado pues de él depende toda la convivencia dentro del buque. Pero esta camaradería, que tanto nos caracteriza, no se obtiene de la noche a la mañana, supone un arduo trabajo de paciencia y templanza que lo hace posible.

No quería acabar sin antes mandar un afectuoso abrazo a mis padres, a mis hermanos, cuñados, sobrinos y sobre todo a mi novia, María. A quienes agradezco profundamente el apoyo y de quienes sé el sacrificio que supone la lejanía pero en quienes confío plenamente y espero ver en el muelle cuando alcancemos España.

En el Océano Pacífico, en demanda de San Diego y a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 7 de abril del 2024,

Guardiamarina de Primero Ramón De Meer Méndez

 

Comienza el día una vez más con el característico toque de diana a las 0700 horas huso horario S, dando el pistoletazo de salida a una nueva singladura surcando el Pacífico en demanda del puerto de San Diego.

Habiendo dejado atrás el caluroso recibimiento de nuestros hermanos latinos  y pasado el común episodio de añoranza tras abandonar puerto, ponemos proa a California y motivados por la corta travesía que nos separa de dicho rincón del planeta abrazamos el periplo con fuerza.

Durante el día de hoy nos hemos visto envueltos en un temporal obligándonos a reducir el velamen a tan solo trinquetilla y a los cangrejos del trinquete y popel. El viento y la mar han arreciado a lo largo de la mañana zarandeando el casco en todas direcciones pero con la proa firme en el destino esperado.

Las clases comienzan según lo previsto a las 0800 hasta las 1235, impartiendo materias relacionadas con historia naval, logística o derecho marítimo. Lecciones que actúan como piedra angular que poco a poco forjan el carácter y templanza de los oficiales de la Armada con el objetivo de transformarlos en los mejores profesionales posibles.

Dependiendo de la hora de la meridiana (hora a la que el sol alcanza su cénit) observan unos guardiamarinas u otros divididos en dos turnos de comida, el primero a las 1300 y el segundo a las 1400. Tras haber tomado las observaciones si se dispone del valioso tiempo se trata de descansar lo posible antes del comienzo de las clases a las 1600.

A dicha hora, continúan las clases militares hasta las 1735. Sin embargo, al ser sábado solo impartimos clases por la mañana, teniendo la tarde libre para realizar deporte o cualquier otra actividad de ocio.

Así pues, tras una ardua semana de trabajo y clases ponemos fin a la semana a lo que asignaturas se refiere, compaginando por supuesto las susodichas con las responsabilidades y obligaciones que reposan sobre nosotros en las guardias de mar.

A título personal y como reflexión, creo que cada guardiamarina embarcado hoy aquí es incapaz de explicar con palabras la profunda felicidad que sentimos al estar embarcados en nuestro Embajador y Navegante. Conviviendo y aprendiendo como se ha hecho durante tantos siglos y estrechando los lazos que nos unen con estas aguas y con la valentía de aquellos marinos que nos precedieron.

No quería acabar sin antes mandar un afectuoso abrazo a mis padres, a mi hermano Juan y a mi novia Teresa. Soy plenamente conocedor de la dureza de la distancia pero el tiempo corre veloz y cuando por fin diviséis la silueta del Juan Sebastián de Elcano en el horizonte regresando a Marín, nos daremos cuenta de que la espera siempre mereció la pena.

A bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 6 de abril del 2024,

Guardiamarina de Primero Félix Castejón Clar

 

El otro día, en el puerto de Manzanillo, compré una linterna. No era la más duradera, ni siquiera la más potente, pero iluminaba, y eso era lo que estaba buscando. Una herramienta que guíe en la oscuridad.

Apenas despuntaba el alba, comenzaba el habitual ajetreo de a bordo. Los marineros acudían a sus respectivas obligaciones en trabajos de cubierta, cocina o máquinas. Los oficiales atendían los asuntos relativos a la navegación del buque y los guardiamarinas se acicalaban para asistir a la revista de policía.

Por mi parte, algunos de nosotros fuimos a exponer al señor comandante y a los tenientes de navío las condiciones meteorológicas que se preveían hoy. Entre las lecciones que hemos aprendido, me quedo con actualizar las fuentes meteorológicas para que sean lo más precisas posibles.

Nos uníamos después, con el sueño del que ha trabajado duro en la nocturnidad del Pacífico, a las clases de la mañana. Uno pudiera pensar que, en tal situación de fatiga acumulada, nos estaríamos debatiendo entre el sueño y la vigilia. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, la clase de Historia del páter resultó ser sumamente interesante –concerniente a la fabricación de buques de guerra en el siglo XVIII-, y nos mantuvo en vilo durante toda la hora.

A la hora de la meridiana, prestos y dispuestos con nuestros sextantes, acudimos al alcázar para tratar de intuir nuestro lugar en el vasto mundo. Y, aunque la filosofía trata de resolver esta pregunta con bastantes dificultades, los marinos sabemos que la respuesta está en los astros. Siempre hemos sabido que, con una precisa latitud y longitud, el enigma está resuelto.

La comida fue deglutida sin miramientos en cuanto osó plantarse en la mesa. Acto seguido, perpetuamos en nuestras carnes la viva tradición hispana de la siesta. Nos levantamos de ésta conscientes –algunos tardaron unos minutos en estarlo- de que acontecía a continuación algo inusual: ensayo de canto. La banda de música invadió nuestra cámara y, con ayuda de nuestros bajos y tenores, célebres pasodobles inundaron la estancia. “Soldadito español” o “Banderita” fueron algunas de las canciones que cantamos.

Rielando la luna sobre la mar, concluye el día. Ha sido un intenso, como tantos otros a bordo. Podría perderse entre los demás días, como un documento que se traspapela. La clave está en saber encontrar esa linterna adecuada que nos arroje algo de luz y nos permita apreciar la belleza de la rutina

Por no aburrir a los pacientes lectores, concluyo mandando un fuerte abrazo a mi padre y a mis hermanos y un cariñoso beso a mamá y a Manuela. Me encomiendo a María, la Virgen del Carmen para que nos vele y ampare con su manto.

En un lugar conocido del vasto mundo, Océano Pacífico, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 5 de abril del 2024,

Guardiamarina de Primero Javier de Zulueta Cuquerella

Primer día de navegación en demanda del puerto californiano de San Diego. Comienza el día, tras la revista de policía personal y de sollados, con clase de historia. Tras el bocadillo, una dura clase de meteorología en la que se habla del tema de estabilidad e inestabilidad atmosférica. Posteriormente, algunos de nuestros compañeros nos han expuesto una conferencia acerca de la expedición llevada a cabo por el médico Francisco Balmis junto a la enfermera Isabel Zendal, cuyo objetivo era que la vacuna de la Viruela llegase al continente americano.

El segundo turno de comida ha sido el encargado de observar la meridiana de hoy con el sextante. Tras el almuerzo y un pequeño período de descanso, a las cuatro de la tarde dan de nuevo comienzo las clases. En el día de hoy hemos iniciado una nueva asignatura, logística operativa, y hemos continuado más tarde con las presentaciones de formación militar, en las que tratamos las numerosas misiones que llevan a cabo actualmente las Fuerzas Armadas Españolas fuera de nuestras fronteras.

Con la finalización de clases, la cámara de guardiamarinas sigue ocupada por aquellos que deciden estudiar el examen de maniobra de mañana. A alguno que otro nos ha cogido el toro ya que no creo que muchos hayan hecho uso de sus apuntes en las calurosas playas de Manzanillo.

Con algo de mar y viento, pero con un precioso atardecer con cielos rosados y con sándwich de pollo de cenar, finaliza el día.

Aprovecho, como siempre, para mandar un fuerte y cariñoso abrazo a mis seres queridos, agradeciéndoles su apoyo y esperándoles a nuestro regreso. Nos encomendamos a la Virgen del Carmen para que nos guíe y acompañe en esta corta singladura y en lo restante de crucero de instrucción.

 

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 3 de abril del 2024,

Guardiamarina de Primero Álvaro Tortosa Montalvo

Comienza un día más a bordo del B/E Juan Sebastián de Elcano en demanda de nuestro siguiente destino: Manzanillo, Méjico. Hoy es un día importante, pues los guardiamarinas tenemos examen final de FOE (Fundamentos de la Organización Empresarial), asignatura del CUD que estamos recibiendo a bordo.

El examen nos ocupa toda la mañana y aprobarlo supondría tachar una asignatura más en nuestro grado de ingeniería mecánica, esperemos que el Sr. Rodríguez, nuestro profesor, sea benevolente con las correcciones.

Tras el turno de comida, la observación de la meridiana y un más que merecido descanso, nos reunimos todos los alumnos y oficiales en la Cámara de guardiamarinas para recibir las diferentes conferencias sobre nuestro siguiente destino, conferencias de navegación, seguridad y cultural.

Por la noche observamos el crepúsculo vespertino y a última hora, sobre las 21.30 se realiza un Vía Crucis por cubierta con motivo de la celebración de la Semana Santa donde algunos guardiamarinas voluntarios portan un pequeño paso y se hacen diferentes estaciones de penitencia.

No querría acabar sin antes mandarle un fuerte abrazo a toda mi familia, y de nuevo en especial a mi madre que lee este diario todos los días esperando que sea yo quien los escriba.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 27 de marzo del 2024,

Guardiamarina de Primero Thomas Waggott Suárez

Comienza otro día más a bordo del B.E. Juan Sebastián de Elcano, en este soleada mañana de lunes santo.

Tras el toque de diana a las 0700, los guardiamarinas nos ponemos en marcha. En menos de una hora, nos encontramos aseados y desayunados en el alcázar, listos para la revista de policía, acto horario en el cuál los guardiamarinas tienen la oportunidad de mostrar su correcta disciplina militar, llevando el uniforme correctamente. Seguidamente, comenzamos una mañana escolar con numerosas asignaturas militares y de la ingeniería mecánica que cursamos abordo.

Después de las clases, los guardiamarinas más cofrades aprovechamos el tiempo que tenemos antes de comer para poder ver en directo las cofradías que se hacen, con suerte, a las calles de Sevilla, a pesar de las abundantes lluvias que se esperan en el día de hoy en España.

A la hora del ocaso formamos todos los guardiamarinas en el alcázar para cantar la oración, y escuchar la lectura de la orden diaria del siguiente día. Posteriormente, da comienzo el primer turno de cena, en el que a la finalización de éste, los guardiamarinas observamos el crepúsculo vespertino para así poder situarnos mediante planetas y estrellas. Finalizado el problema de observación y terminado el último repaso para los exámenes de esta semana, los guardiamarinas con guardia de madrugada nos vamos a la cama a descansar, cogiendo así fuerzas para otro nuevo día lleno de retos y vivencias nuevas.

Antes de finalizar, me gustaría mandar un fuerte abrazo a mi familia y amigos, los cuáles me apoyan constantemente y consiguen que pueda mantener la fuerza e ilusión desde el primer día que salimos de Cádiz.

Finaliza otro día en la mar de este tránsito hacía el nuevo puerto; Manzanillo, México, el cual todos los guardiamarinas esperamos ansiosamente.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 25 de marzo del 2024,

Guardiamarina de Primero Manuel Álvarez-Dardet García de Veas

Comienza un nuevo día en la mar este sábado 23 de marzo.

La rutina empieza una hora después de diana con revista de policía, comprobación diaria de la buena condición del uniforme, que asegura una correcta disciplina y presencia militar.

A 0800 comenzamos las clases, esta vez en grupos reducidos, de la asignatura civil que cursamos esta primera parte del crucero. Tras el periodo de descanso de media mañana, atendemos a una de las numerosas e ilustrativas conferencias profesionales, que forman una parte importante de nuestro adiestramiento y nuestra adquisición de conocimientos, en este caso orientada a los espacios marítimos de interés nacional.

Tras el fin de las clases, gran parte de los Guardiamarinas de Cuerpo General subimos al alcázar a realizar la observación del sol, que nos permite situarnos mediante este astro, y que es parte fundamental de nuestra formación.

Tras la comida llega el periodo de estudio, descanso o tiempo libre, según las necesidades de cada uno, no teniendo clases programadas los sábados por la tarde. Siendo aprovechada en general para adelantar todo el trabajo posible, la tarde transcurre tranquila. Tras la cena, observación del crepúsculo vespertino, que nos permitirá obtener una nueva situación empleando el cielo.

Para terminar el día, dejamos listos los ingredientes que emplearemos mañana mis compañeros y yo para preparar la comida en cubierta.

Me despido deseándoles un muy buen fin de semana de mi parte y de parte de toda la dotación del Juan Sebastián de Elcano.

En la mar, a bordo del B.E. “Juan Sebastián de Elcano” a 23 de marzo del 2024,

Guardiamarina de Primero Pablo Araújo Raña.

    

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