Vida a bordo

B.O. Sarmiento de Gamboa - XXXV Campaña Antártica Española

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B.O. Sarmiento de Gamboa - XXXV Campaña Antártica Española

Amanecemos en el Estrecho de Bransfield. Hoy realizamos trasbordos de personal de diferentes bases. A las 8 de la mañana nos aproximamos a la base antártica uruguaya en la isla Rey Jorge para embarcar a dos personas y desembarcar víveres en la base antártica uruguaya “Artigas”.

La entrada en la playa no fue fácil, pues la meteo hoy ha empeorado a mar gruesa. La base se encuentra dentro de una bahía resguardada del oleaje, pero el viento se hizo notar y la zodiac necesitó dos intentos para poder llegar con seguridad a la playa.

En esta base recogimos una bonita estampa de un grupo de pingüinos papúa con el buque B.O. Sarmiento de Gamboa de fondo y la embarcación aproximándose a la base. En la Antártida existen al menos 18 especies de pingüinos. Reconocemos al pingüino papúa por su parche blanco en la parte alta de la cabeza, tras los ojos, y su pico anaranjado.

Al finalizar esta maniobra, la zodiac regresó al buque y nos dirigimos a la siguiente de nuestras paradas: la Isla de Livingston, donde realizamos otro trasvase de personal en la base española “Juan Carlos I”

A las 6 de la tarde la Dra.Yasmina Martos, imparte una conferencia para toda la dotación sobre misiones espaciales. La doctora Martos, es de Jaén, y trabaja en el Goddard Space Flight Center de la NASA y la Universidad de Maryland. La doctora Martos afirma que estar muy contenta con los datos adquiridos durante esta campaña, que nos ayudarán a entender mejor la geodinámica de la zona y la historia de la Antártida.

Me corresponde a mí como responsable científico de esta campaña, cerrar este diario pues poco queda ya a esta campaña. Han sido unos días duros, el equipo y la tripulación del barco han trabajado codo con codo, en perfecta sintonía. Pese a la meteorología, nuestro mayor enemigo en estas latitudes, y problemas técnicos que surgen y a los que todos aquellos que trabajamos con equipos estamos perfectamenente acostumbrados, se han conseguido cubrir los objetivos más importantes sin el menor género de dudas, y permitirán a nuestro regreso y tras procesar toda la información, publicarlos en revistas y presentarlos en foros internacionales, consiguiendo de esta forma otro objetivo, como es el que nuestro pais se encuentre dignamente representado en esté mundo apasionante como es el de la Ciencia. Un saludo a todos. Manuel Catalán.

Comenzamos la recta final de nuestra campaña, repitiendo la maniobra de la sonda de flujo de calor en el último de los puntos.

Finalizamos la maniobra a las 07 de la mañana. A 11:30 horas largamos el magnetómetro de superficie por la popa. A esa hora aumentamos la velocidad a 11 nudos e iniciamos el tránsito hacia el lugar donde comenzó la campaña, el Estrecho de Bransfield. Nos separa una distancia de 170 millas, por lo que la previsión es llegar al sur de la isla Rey Jorge alrededor de medianoche.

Aprovechamos el tránsito hacia el Estrecho de Bransfield para entrevistar a Karina Fuentes, científica a bordo del B.O. Sarmiento de Gamboa y llegada desde Méjico como parte del proyecto “Elgeopower”.

Karina, residente en Ensenada (Baja California, Méjico), asiste al Dr. Florian Neumann en la adquisición de datos en la sonda de flujo de calor. Esta es su tercera campaña embarcada, ya que Karina ha participado en otros proyectos en buques oceanográficos en el Golfo de California. Actualmente es estudiante de Ciencias de la Tierra en CICESE, donde está realizando su primer año de doctorado en Ciencias de la Tierra. Sobre esta campaña antártica a bordo del B.O. Sarmiento de Gamboa, Karina nos dice textualmente: “Esta siendo una experiencia muy enriquecedora, tanto a nivel acádemico como a nivel personal. Culturalmente también estoy muy contenta, pues estoy conociendo a científicos de diversas nacionalidades, y aprendiendo de su manera de trabajar”.

Alrededor de las 7 de la tarde, nos encontramos a tan sólo 50 millas al NE del continente antártico, y su presencia ya se hace notar. Los icebergs comienzan a aparecer uno tras otro. Algunos de gran tamaño, dejan ver colonias de pingüinos sobre ellos. La dotación, entusiasmada, sale a cubierta a tomar fotografías. Y es que han sido dos semanas de duro trabajo sobre la Cuenca Powell, donde el único paisaje existente es el océano, y en ocasiones, la nieve. Mañana volveremos a ver de cerca las islas Shetland del Sur, con sus imponentes montañas de color blanco.

Hoy es domingo en la mar. Durante la madrugada realizamos el último de nuestros estudios con la sonda de flujo de calor. Al recoger la sonda, detectamos que los datos tomados no son precisos, por lo que mañana volveremos a repetir la maniobra en este punto.

A las 07:30 iniciamos tránsito hacia los puntos donde lanzamos los siete OBS el pasado 12 de enero. Hoy dedicamos todo el día a recoger estos instrumentos. La maniobra de recogida de los OBS no es tarea sencilla; estos instrumentos tienen un peso aproximado de 60 kilos, por ello se necesitan varias personas para subirlos a bordo. En los OBS están almacenados los registros sísmicos que nos servirán para mejorar el conocimiento de las estructuras geológicas y quién sabe si alguna señal de la erupción volcánica que ocurrió ayer en el Pacífico (Isla de Tonga).

La meteo hoy nos acompaña, el estado de la mar está respetando la maniobra y no tenemos apenas viento. Debemos finalizar la maniobra de recogida de OBS lo más pronto posible, ya que tenemos previsión de temporal con mar gruesa para pasado mañana. Un frente entrará por el oeste generando a su paso una mar gruesa o muy gruesa. Por suerte, en los próximos días nos encontraremos navegando por el estrecho de Branfield, y esta zona es un buen resguardo para este tipo de vientos. Nuestra previsión es que en nuestra derrota el mar no supere los 2 o 3 metros de ola.

Hoy le preguntamos a uno de nuestros científicos del proyecto “Elgeopower”, a Miguel Ángel de la Fuente, cómo está resultando esta experiencia a bordo del B.O. Sarmiento de Gamboa. Según sus palabras: “es un privilegio poder participar en esta campaña“. Miguel Ángel, que trabaja en la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid, se encuentra en su segundo año de doctorado y tiene experiencia previa en este mismo buque obtenida durante la campaña MARIBNO, realizada en el margen cantábrico entre septiembre y octubre, en la que se adquirieron los datos con los que realizará su tesis. Para él, participar en esta campaña antártica ha sido una oportunidad única mediante la cual seguir ganando experiencia. Su labor en el barco, consiste en llevar un control sistemático de la adquisición de los datos recogidos tanto por las sondas como por el gravímetro y el magnetómetro.

Amanecemos con una intensa nevada mientras seguimos realizando la maniobra con la sonda de flujo de calor.

Durante el de hoy realizamos ocho maniobras de largado y recogida de la sonda de flujo de calor. A las 5 de la tarde empeora el estado de la mar y viento, y nos vemos obligados a parar la maniobra hasta que amaine. Esto es un ejemplo de lo extremadamente variable que es el Océano Antártico, donde en un mismo día pueden pasar por encima de nuestras cabezas las cuatro estaciones del año. La madrugada ha sido navideña, la mañana primaveral, la tarde nefasta, y de noche probablemente mejore de manera notable. En ese caso, podremos rematar los trabajos. Por el momento nos quedamos por la zona capeando el temporal a 5 nudos. Nos encontramos a 180 millas al Este de la isla antártica de Livingston.

Hoy hablaremos con el T.N. Dr. Roberto Cabieces, del Real Instituto y Observatorio de la Armada. Roberto es valenciano y trabaja en San Fernando (Cádiz) desde 2012. En esta campaña antártica, él es el encargado del análisis de datos de los OBS. Roberto tiene experiencia en numerosas campañas oceanográficas, como la campaña “UPFLOW” en las Islas Azores y Madeira o más recientemente, en la Isla de la Palma a bordo del B.H.“Malaspina”.

Roberto nos comenta que a nivel profesional y personal, esta campaña antártica está resultando muy interesante, porque en ella se realiza un estudio donde interactúan numerosas disciplinas. Además, explica que las campañas a bordo de buques representan una gran oportunidad para conocer la labor de otros investigadores y así poder mantener un estrecho contacto con otras instituciones científicas.

Por último, hoy la noticia del día ha sido la erupción del volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai , cerca de la Isla de Tonga en el Océano Pacífico. Aunque la distancia de este volcán a nuestra posición, es de 9.000 km, hemos recibido un aviso internacional de seguridad. No obstante, el “mejor lugar” para hacer frente a un maremoto es en la mar, navegando.

Continuamos nuestra singladura navegando sobre la Cuenca Powell a 200 millas al Este de la Isla del Rey Jorge. Hoy recogemos datos del fondo marino con la sonda de flujo de calor.

El ejercicio comienza de madrugada y tras algún retraso por problemas técnicos con el cable que desciende la sonda, a las 7 de la tarde ya hemos tomado datos en cuatro de los nueve puntos designados.

A esa hora en el laboratorio, y monitorizando los equipos, se encuentran dos de nuestros participantes en el proyecto “Elgeopower”: Desirée Palomino (Instituto Español de Oceanografía) y Alberto Santamaría (Universidad de Salamanca).

Desirée, madrileña de nacimiento, lleva más de 15 años trabajando en el Centro Oceanográfico de Málaga. A día de hoy ha participado en numerosas campañas oceanográficas, en buques de diferentes instituciones científicas, tanto nacionales como internacionales. Su labor a bordo en esta campaña, es trabajar con los datos acústicos de la ecosonda multihaz y la sonda paramétrica. Desirée es la responsable de procesar estos datos y realizar los modelos digitales del terreno.

Por su parte, Alberto Santamaría, palentino residente en Burgos, cuenta con un máster en Geología y Geofísica de Reservorios. Alberto es el encargado del procesado e interpretación de los datos gravimétricos y magnéticos adquiridos a lo largo de la campaña. Esta es su primera campaña antártica. Alberto nos comenta que “a pesar de las dificultades epidemiológicas que hemos sufrido antes de embarcar (recordemos que este grupo cumplió 13 días de cuarentena en Argentina, a fin de mantener la burbuja sanitaria en el buque), este proyecto está siendo una experiencia inolvidable, que me motiva enormemente a seguir dedicándome al mundo de la investigación”.

El estado de la mar ha mejorado notablemente, amainando de mar gruesa a marejadilla. De madrugada nos aproximamos a la línea donde lanzamos los siete OBS el pasado día 11 de enero. En esta línea nuestro objetivo consiste en generar señales sísmicas en el fondo marino, por medio de pulsos acústicos. Estos pulsos se generarán cuando explosione una burbuja de aire producida por una serie de equipos. Los OBS (Sensores de fondo oceánico) serán los encargados de registrar estas señales en el fondo del mar y nos las proporcionarán cuando los recojamos.

A las 4 de la mañana comenzamos a tener problemas técnicos que tratamos de solucionar sin éxito. Finalmente, a las 9, decidimos hacer un replanteamiento de objetivos y aprovechar el buen estado de la mar, para continuar con nuestras medidas con la sonda de flujo de calor. Para los nuevos lectores, explicamos la maniobra de este instrumento en nuestro diario de a bordo del pasado 5 de enero. Este tipo de problemas forma parte de lo previsible en una campaña geofísica, máxime en un entorno tan agresivo como la Antártida. La flexibilidad en los planteamientos es algo que debe de tener en cuenta cualquier investigador en estas latitudes.

A las 5 de la tarde la buena mar que ya teníamos sigue amainando hasta llegar a rizada. Con esta mar tranquila y el cielo despejado, cualquiera pensaría que nos encontramos navegando cerca de las costas españolas… ¡si no fuera por el frío! Continuamos con una temperatura gélida pero muy estable durante la 24h del día: 0ºC. A continuación, recogemos el magnetómetro y arrumbamos hacia la línea donde realizaremos el estudio con la sonda de flujo de calor.

A las 6 de la tarde el C.F. Dr. Catalán nos dio una conferencia en el comedor para toda la dotación, introduciéndonos a los conceptos de campos potenciales, su relación con el geomagnetismo y los objetivos del proyecto “Elgeopower”.

Llegamos al final del día en el primer punto elegido para largar la sonda de flujo de calor. A las 8 de la tarde la sonda entra en el agua, y mientras el Dr. Florian Neumann y Karina Fuentes trabajan en la recogida de datos hasta bien entrada la madrugada. Con esta maniobra nos despedimos por hoy. Buenas noches.

Continuamos a bordo del B.O. “Sarmiento de Gamboa” navegando en aguas del Tratado Antártico, en latitud 62ºS. Hoy nos gustaría hablar de esta serie de normas que estamos obligados a cumplir todos los que visitamos y/o trabajamos en este continente y que tan sumamente importante han resultado en la conservación y devenir de la Antártida.

El Tratado Antártico fue creado en 1959 por las naciones más poderosas de la época; estas eran Francia, Japón, la URSS, Reino Unido, los EEUU y Bélgica y algunos países estrechamente vinculados de manera geográfica o política a la Antártida como Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda o la actual Sudáfrica. El tratado entró en vigor dos años después de su creación, en 1961. Su periodo de vigencia estaba previsto que fuera de 30 años, aunque afortunadamente continúa vigente a día de hoy. Posteriormente a esa fecha, muchos más países incluido España (1988) se unieron al acuerdo. En la actualidad, los países firmantes del acuerdo representan el 80% de la población mundial.

El objetivo de esta serie de acuerdos era preservar el continente de la Antártida, como un laboratorio natural sin la influencia, siempre negativa, del ser humano. Este objetivo era revolucionario para aquella época. El mundo se encontraba inmerso en plena Guerra Fría, y con los recuerdos de dos guerras mundiales no muchos años atrás. Ante el temor de la destrucción y colonización del último continente, los países firmantes consensuaron que este lugar remoto fuera utilizado exclusivamente con fines pacíficos y científicos, lo cual constituye uno de los grandes logros de la diplomacia internacional.

Lo anterior queda expresado de forma meridiana en su Artículo I: “La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe, entre otras, toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas.”

El Tratado Antártico prohibe al sur del paralelo 60ºS el manejo de armamento, la realización de ensayos nucleares y se limitan las actividades de pesca o caza exclusivamente para fines científicos, nunca para consumo. También las actividades mineras están prohibidas.

Entre los países que firmaron el acuerdo, existen algunos de ellos que históricamente han reclamado su soberanía sobre parte del continente. Estas reclamaciones continúan a día de hoy. Otros países, como España, no reclaman ninguna porción de la tarta y su interés es puramente científico. Por último, otros países, como los EEUU o Rusia, se guardaron su derecho a reclamar parte del territorio, según sus intereses. El Tratado Antártico ni admite ni rechaza ninguna de estas reclamaciones soberanas, simplemente las ha dejado en suspenso.

Aunque el Tratado Antártico prohibe expresamente las maniobras militares y la utilización de armamento, no prohibe la utilización de medios militares con fines científicos. Este es el caso de la Base española “Gabriel de Castilla”, gestionada por el Ejército de Tierra, y situada en Isla Decepción. En dicha base se llevan a cabo diferentes tipos de proyectos, tales como la geofísica, la meteorología, o la biología, entre otros.

La Base “Gabriel de Castilla” acoge a dos de nuestros científicos, Marina Díaz y José Luis García, del INTA. Ambos se encuentran llevando a cabo un estudio de prospección magnética utilizando un dron. Con los datos recopilados, realizarán un levantamiento magnético completo del volcán de la Isla Decepción.

Amanecemos con mar gruesa. El temporal recorre el Mar de Hoces de Oeste a Este con olas que alcanzan los 6 metros. Por suerte nuestro buque, el B.O. Sarmiento de Gamboa se encuentra bastante más al Sur, y en esta zona las olas que llegan son de “tan sólo” 3 metros. Aún así, el movimiento del buque esta noche ha sido más que evidente.

De madrugada largamos el magnetómetro de superficie por la popa, y tratamos de capear el temporal de la mejor manera posible navegando por la derrota prevista a 8.5 nudos en dirección SW. A las 16:00 horas navegamos sobre el punto más austral por el que hemos pasado hasta ahora en toda la campaña.

A continuación nos acercamos al laboratorio para hablar con el teniente de navío Julián Fiz Barrena, de la Sección de Geofísica del Real Instituto y Observatorio de la Armada y miembro del proyecto “ElGeoPoweR”. Aunque es su primera campaña antártica, ya ha realizado otras campañas científicas en el B.I.O. Hespérides y en el B.O. Sarmiento de Gamboa antes, además de haber estado embarcado en buques de la Armada Española.

El objetivo del teniente de navío Julián Fiz a bordo es el estudio de campos potenciales (gravedad y magnetismo) en la zona. Julián compagina sus horas de guardia y trabajo con deporte en el gimnasio. Con el intenso movimiento del barco en las últimas 24 horas, Julián es de los pocos que hoy se atreve a correr en la cinta del gimnasio. Nos comenta que el deporte es muy importante para mantenerse bien física y psicológicamente. A 12.000 km del buque, le esperan su mujer y sus dos hijos.

En la guardia de laboratorio le acompaña el teniente de navío Víctor de Ory, también perteneciente al ROA. Su campo de estudio es la Astronomía. Es su primera campaña antártica, aunque ya ha participado en otras campañas de geofísica marina a bordo del BIO “Hespérides”. Víctor nos comenta que trabajar analizando campos potenciales (gravedad y magnetismo) le será de gran utilidad para sus futura tesis doctoral acerca del estudio de asteroides y otros cuerpos celestes. Según nos cuenta, “en el mundo científico para aprender y evolucionar uno debe huir de la rutina. Es necesario moverse y estar abierto a aprender y trabajar en diferentes equipos de investigación, aunque no estén estrechamente vinculados con lo que has estudiado o trabajado, ya que en algún momento de tu carrera, esa experiencia te puede ser de gran utilidad”. Su sueño: participar en un proyecto astronómico con telescopios en la Antártida, ya que este continente posee el cielo más limpio del mundo.

El día de hoy lo dedicamos casi en exclusivo al lanzamiento de siete OBS al mar.

El OBS es un sismómetro de fondo marino que tiene como objetivo la medición del movimiento del suelo en el fondo del mar. No está comunicado con el buque, por lo que tendremos que recogerlos pasados unos días para analizar los datos obtenidos. Cada OBS contiene una base metálica muy pesada que funciona a modo de ancla que ayuda a fondearlo y también tiene unos flotadores para poder subir a la superficie. Cada OBS está equipado con un ordenador, un sismómetro y un hidrófono. Por último, para localizarlo tiene tres sistemas: un banderín de color rojo para localizarlo con mayor facilidad cuando éste suba a la superficie de día, una luz estroboscópica para localizarlo de noche, y una emisión electromagnética para localizarlo con un radiogoniómetro.

Antes de lanzar los OBS, debemos asegurarnos que el equipo funciona correctamente. Esto lo haremos con una roseta. La roseta es un dispositivo en forma de caja con orificios cilíndricos, que contiene los transductores de los OBS en su interior. La roseta va enganchada al buque con un cable de tracción que sumergimos a 3.000 metros. Con este equipo podremos probar todos los transductores para saber si funcionan bien y tendremos garantía de que cuando llegue el momento, el sensor sísmico será liberado del anclaje y llegará a la superficie.

Una vez comprobados todos los transductores dentro de la roseta, procedemos a desplegar los siete OBS, cada uno en su punto correspondiente.

Durante la madrugada disminuimos la velocidad hasta pararnos, para sumergir la roseta y probar su funcionamiento. A las 07:30 la recuperamos y aumentamos velocidad para dirigirnos al punto de lanzamiento del primer OBS, que se realiza a las 13:30 horas. A partir de ese momento continuamos lanzando OBS durante toda la tarde del día de hoy, en intervalos de una hora.

Entramos de guardia en la madrugada del domingo con el cielo encapotado y nieve. Nuestro rumbo es hacia el NE y nuestra velocidad de 10 nudos. Seguimos realizando estudios en la Cuenca Powell, muy alejados de tierra, con el magnetómetro de superficie remolcado por la popa.

Por ser domingo, a mediodía celebramos la tradicional “meridiana”, con un picoteo en el comedor que toda la dotación agradeció enormemente. Un día más, los cocineros Juan y Krasi nos preparan un estupendo menú al estilo gallego, con quesos, embutidos, pulpo “a feira” y tortilla de patatas al estilo de Betanzos.

A las 6 de la tarde, el científico y doctor Florian Neumann nos impartió una conferencia sobre flujo de calor en el comedor, al que acudió toda la dotación.

El Dr. Florian Neumann, alemán de nacimiento, lleva 10 años viviendo en Méjico. Al oírle hablar, sorprende su perfecto español con acento mejicano. Cualquiera podría pensar que nació donde actualmente reside. Florian trabaja en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California, Méjico (CICESE). En esta campaña antártica a bordo del B.O. Sarmiento de Gamboa está a cargo de las mediciones del flujo de calor como integrante del proyecto “Elgeopower”. Aunque es su primera campaña antártica, Florian cuenta con una larga trayectoria en diferentes buques científicos, donde ha realizado labores de geofísica marina.

    

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