Historia

Según lo estipulado en las Ordenanzas de S.M. para el gobierno militar, político y económico de su Armada Naval de 1748, aquellos alumnos que demostrasen su capacidad en la Academia de Guardias Marinas de Cádiz, podrían aplicarse al estudio de las ciencias matemáticas más abstractas y difíciles, como el álgebra y la geometría superior. Es en este punto donde podemos encontrar, seguramente, el germen de aquello que, sólo unos años más tarde, sería conocido entre los oficiales de la Marina con el nombre de "estudios mayores".

Jorge Juan, como capitán de la Compañía de Guardias Marinas, orientó sus esfuerzos hacia la estructuración de unas enseñanzas capaces de preparar a los oficiales para dirigir un navío, imponiendo un profundo estudio de las matemáticas, como base para la posterior adquisición de otros conocimientos. También fue Jorge Juan quién propuso al Marqués de la Ensenada la instalación de un observatorio anexo a la Academia de Guardias Marinas, con la intención de facilitarlas prácticas astronómicas de los futuros oficiales de la Marina.

Los primeros intentos por articular de forma definitiva unos estudios de ampliación se produjeron en 1773, cuando Vicente Tofiño propuso a sus superiores la selección anual de un pequeño grupo de cadetes para potenciar su formación mediante la continuación de sus estudios y la práctica de la astronomía en el Observatorio. Sin embargo, la mencionada iniciativa no obtendría sus frutos hasta diez años después, en 1783, cuando una Real Orden de 29 de mayo destinó al Observatorio a los oficiales José de Espinosa, Alejandro Belmonte, Julián Ortiz Canelas y José de Vargas Ponce, que debían continuar en él sus estudios bajo la responsabilidad de Vicente Tofiño.

Durante las últimas décadas del siglo XVIII, el observatorio gaditano se convirtió en una escuela práctica de astronomía por la que fueron pasando la mayor parte de los oficiales científicos de la Marina ilustrada. Unos marinos que, gracias a la preparación recibida en el Observatorio, tuvieron una participación activa y destacada en proyectos de gran envergadura, como el Atlas Marítimo de España, la elaboración del primer Almanaque Náutico español o las grandes expediciones ilustradas de finales de siglo.

Sin embargo, el período de renovación y avances científicos del último tercio del siglo XVIII no fue todo lo duradero que España y su Armada necesitaban. La profunda crisis en la que sucumbió el país después de la Guerra de la Independencia, y durante todo el reinado de Fernando VII, hizo olvidar por algún tiempo la necesidad de unos estudios superiores para los oficiales de la Marina.

En 1836, coincidiendo con un cierto ambiente de recuperación registrado durante la Regencia de María Cristina de Borbón, fue publicado un Real Decreto por el que se establecía en San Fernando,bajo la inspección del director del Observatorio, una Cátedra de Estudios Superiores de Matemáticas en la que los alumnos admitidos, no más de 16, tendrían que estudiar durante cuatro años las siguientes materias: álgebra, geometría analítica, geodesia, cálculo diferencial e integral, mecánica, hidráulica, óptica, astronomía y astronomía náutica. Unos años después, ya en pleno reinado de Isabel II, la Armada tuvo que hacer frente a la preparación de un grupo de oficiales, paraponerlos al frente de los establecimientos científicos y de las comisiones hidrográficas.

En este contexto de apoyo a la Marina y la ciencia, y por Real Orden de 16 de septiembre de 1856, quedó establecido en el Observatorio de San Fernando el Curso de Estudios Superiores de matemáticas puras, mecánica, física y astronomía. Durante 1857 se desarrolló el primer año del primer Curso de Estudios Superiores tal como los entendemos en la actualidad. Los oficiales alumnos destinados al mismo fueron los tenientes de navío Manuel Fernández Coria, Simón Manzano Saínz, José Montojo Salcedo, Cecilio Pujazón García, José Ruiz Higuero y Agustín Serrano Mayoral. El Curso estuvo regido por una Junta de Estudios que, según consta en sus actas, estaba integrada por Francisco de PaulaMárquez (capitán de navío y director del Observatorio), Salvador Moreno (capitán de fragata y profesor), Antonio de Tomaseti (teniente de navío y profesor), Casimiro Ariño (teniente de navío y profesor), Enrique Alcina (teniente de navío honorario y primer astrónomo) y Eduardo Benot(profesor de idiomas y literatura).

A partir de entonces, pasaron por el curso sucesivas promociones en las que se formaron los oficiales seleccionados por la Armada para ocupar destinos tan importantes como la jefatura de establecimientos científicos, la dirección y subdirección del Observatorio y del Depósito Hidrográfico, las comisiones científicas y el profesorado de las academias. Sirvan los nombres de algunos de los alumnos más destacados para recordar a aquellos que formaron parte de la élitecientífica y técnica de la Marina en la España de esa época: Cecilio Pujazón, Rafael Pardo de Figueroa, José Gómez Imaz, Tomás Azcárate o Isaac Peral.

Veintiocho años después de su creación, en 1884, se produjo una reestructuración de los sistemas de enseñanza de la Armada que terminaría afectando muy directamente al Curso de Estudios Superiores establecido en el Observatorio. Como consecuencia de esta reestructuración una Real Orden de 9 de febrero suspendió el ingreso de alumnos en las escuelas y academias de la Marina. Sin embargo, lanecesidad de cubrir las bajas naturales del personal, hizo imprescindible, sólo un año después, la apertura de algún centro de enseñanza e instrucción donde se pudieran cursar los estudios quefacultasen a los oficiales de Marina. Así nacieron la Escuela Naval Flotante, instalada en la fragata Asturias, y la Academia de Ampliación de San Fernando, en la que se integraron los estudios superiores que hasta entonces se habían realizado en el Observatorio, además de loscursos de ingeniería y artillería.

A principios del siglo XX, y dentro de un nuevo plan de cierre de los centros docentes de la Marina, una Real Orden de 2 de abril de 1901 mandó clausurar de la Academia de Ampliación de San Fernando. Sin embargo, como había ocurrido unos años antes, la necesidad de personal especializado para determinados trabajos hidrográficos obligó a los responsables de la Armada a establecer en 1908 una academia en el vapor Urania, en la que algunos oficiales podrían realizar los estudios teóricos y prácticos necesarios para su capacitación como miembros de las comisiones hidrográficas. A partir de 1927, año en el que se creó el Servicio Hidrográfico de la Armada como 4ª Sección del Observatorio,la formación de los hidrógrafos quedó de nuevo a cargo de este Centro que, de esa forma, volvería a activar su carácter docente con la creación de una Academia de Ingenieros Hidrógrafos (1929-1935).

La última etapa del Curso de Estudios Superiores, se inició con la aprobación de un nuevo Reglamento para el Observatorio en 1945, siendo director del mismo Wenceslao Benítez. Tras la supresión del Servicio Hidrográfico de la Armada, se procedió a la reorganización del Centro yal restablecimiento de los estudios superiores, reconociéndoles el rango de enseñanza superior. Desde entonces y hasta nuestros días, han pasado por el Observatorio veinticinco nuevas promociones,continuadoras de la filosofía iniciada por los estudios mayores del siglo XVIII.