Hola a todos y bienvenidos de nuevo al "Vida a Bordo" del BIO Hespérides. Soy el Marinero Jonathan Truque, destinado en el Servicio de Aprovisionamiento del buque y esta es mi primera Campaña Antártica. Aprovechando el tránsito de regreso a casa por el Atlántico, voy a contaros mi día a día en el barco, donde desempeño un papel un tanto especial: el de panadero.
La función más importante es la preparación del pan que se sirve en las comidas de cada día. Para ello, el panadero trabaja en turno de noche elaborando la masa y dejando listo el pan para los más madrugadores que vienen a disfrutar de sus tostadas a primera hora del día. Mi jornada empieza a las nueve de la noche, cuando se ha terminado de servir la cena y la dotación y el personal embarcado se retiran a sus Cámaras y camarotes a descansar. Mi primera tarea es preparar la masa del pan y dejarlo fermentar para, después de unos sesenta minutos, meterlo en el horno. Los tiempos "muertos" los aprovecho para preparar el refuerzo nocturno, que son los pequeños bocados tan apreciados por el personal que monta guardia durante la noche y que, en cierta forma, les levanta el ánimo antes de acudir a sus puestos de vigilancia. Es aquí donde el panadero tiene más margen para improvisar y dejar volar la imaginación, normalmente intentando aprovechar la comida no consumida durante la cena y transformándola en aquello que más gusta: pizza, preñaditos, perritos calientes, fajitas, empanadas, etc.
La gestión de los tiempos es muy importante. Los tres turnos de vigilancias nocturnas obligan a dejar preparadas las tandas de refuerzo en su momento exacto. Esto, junto con la cocción del pan, son los plazos que más hay que tener en cuenta. Y es que la soledad que acompaña al panadero es el mejor aliado para autogestionarse. No son muchas las visitas que recibo durante la noche, aunque siempre son muy gratificantes ya que los compañeros no pierden oportunidad para ofrecerme su apoyo. No cabe duda de que esas conversaciones esporádicas a altas horas de la madrugada con el resto del personal militar, científico y técnico, ayuda mucho a mantenerse activo y evita que el panadero se aísle demasiado de la rutina y los chismorreos del barco.
Y en estas idas y venidas de harina, personal somnoliento y bandazos (cuando la mar no acompaña), pasan las noches. El día, en cambio, no es muy provechoso. Las horas nocturnas se compensan con sueño diurno mientras el resto del personal hace vida normal. Esta diferencia de horarios provoca que, en ocasiones puntuales, el descanso no sea todo lo bueno que pudiera ser, pero es inevitable y a lo que uno acaba acostumbrándose. No queda más remedio que aprovechar los ratos libres que la tarde-noche ofrece para ir al gimnasio, ver una película o tomar el aire, aunque sea a horario “cruzado” con el resto de la dotación.
Tras más de cinco meses de navegación, nos encontramos ya de camino a España. Como casi siempre, cualquier tránsito es aprovechado para realizar esas labores científicas que dan sentido al "Hespérides". Ahora es el turno del proyecto SAGA REC y su recogida de equipos científicos fondeados en alta mar desde hace dos años. Con cada día que pasa nuestro objetivo está un poco más cerca de cumplirse. No veo el momento de volver a abrazar a mi familia y amigos, esos a los que he tenido tan presente todos estos meses y que me han apoyado desde la distancia para hacer de esta Campaña una experiencia increíble y mucho más llevadera.
Un saludo y, ¡hasta la próxima!
¡Buenos días! Soy el Marinero Antonio Tolino Contreras, destinado en el BIO Hespérides desde el último período estival tras cerca de un año instruyéndome en tierras ferrolanas como militar y marinero electromecánico.
Preso de la más absoluta curiosidad por conocer un sitio tan poco frecuentado y recóndito como la Antártida, no tuve otra opción que escoger este emblemático buque cuando se presentó ante mí el listado de destinos disponibles en la entrañable, y siempre bien recordada, Escuela de Especialidades Antonio de Escaño.
Como todo comienzo, mi arribo a Cartagena no fue del todo fácil. Adaptarse a la ciudad, conocer un nuevo destino, desenvolverme en un ambiente diferente hasta entonces, nuevos compañeros, y la previsión de una larga campaña antártica que estaba por llegar. Sin duda, la intensa formación en distintas disciplinas derivadas de mi especialidad, ayudaron al proceso de integración. Actualmente estoy en el destino de Seguridad Interior, encargado de la fontanería, carpintería, montaje de motores fueraborda para las embarcaciones, y del mantenimiento y reparación de gran parte del mobiliario e instalaciones de habitabilidad del buque. El objetivo final de nuestro trabajo es garantizar, de una forma eficaz y segura, la mejor calidad de vida posible y la comodidad de la dotación y del personal embarcado. Es algo cotidiano encontrarnos con averías en el sistema de Tratamiento de Aguas Residuales, tarea dura de compaginar con las vigilancias y rondas en la Cámara de Máquinas del barco. Saber que es un trabajo fundamental, ya que en alta mar no disponemos de la ayuda y auxilio de nadie del exterior, es motivación suficiente para afrontar el día a día con profesionalidad y buena predisposición.
Por otro lado, somos los encargados de administrar, gestionar y conocer al máximo las medidas contraincendios y su correspondiente material, como pueden ser: mangueras, extintores, instalaciones fijas de extinción en ciertas cámaras de máquinas, trajes ignífugos para protección individual contra las llamas, equipos respiratorios…, no sólo sirven para ejercicios, sino serían empleados en averías reales para hacer frente a situaciones de emergencia en la mar en las que todo el personal a bordo tiene su puesto asignado para enfrentar la situación que podría sobrevenir. De esta manera, las posibilidades de hacer frente con éxito a la anomalía son mayores.
La polivalencia de mi destino, junto con la gran diversidad de herramientas que trabajamos, exige de un constante aprendizaje. El recurrente adiestramiento y los mantenimientos periódicos de los equipos, garantizan el éxito de nuestro cometido.
La Campaña está acariciando el final y tenemos previsto llegar en mayo a Cartagena. Espero repetir esta aventura el año que viene y poner en práctica todos los conocimientos adquiridos una vez más.
Un fuerte abrazo desde Ushuaia, Argentina… sed felices, y cuanto más, mejor.
¡Buenos días desde la Antártida! Soy el Marinero Daniel Duarte Moreno, nacido en Almería y destinado en el Servicio de Máquinas del BIO Hespérides.
En esta primera quincena del mes de marzo nos encontramos en la fase final de proyectos en aguas antárticas. La Campaña está siendo, como no podía ser de otra manera, igual de intensa que gratificante, pero siempre encontramos momentos para mostrar cómo es la vida a bordo en el BIO Hespérides.
¿Cómo llegué hasta aquí? Todo comenzó en un momento de búsqueda de nuevas aspiraciones, cuando vi en la Armada Española la oportunidad perfecta de sentirme realizado desarrollando un trabajo que combina el continuo aprendizaje y las experiencias de la vida en la mar. El camino que inicié en noviembre de 2019, con el ingreso en las Fuerzas Armadas, ha sido casi perfecto: la oportunidad de estudiar mecánica, ir destinado al BIO Hespérides y viajar a la Antártida, con todo lo que esto conlleva. Es un sueño hecho realidad.
Como Marinero del destino de Propulsión, mi principal función es el mantenimiento y reparación de los generadores diésel. Estos son los que proporcionan la electricidad al barco y aportan la energía necesaria para el funcionamiento de los dos motores propulsores. A esto cabe añadir el mantenimiento de compresores de aire, depuradoras de combustible, bombas de aceite, entre otros elementos esenciales para el buen funcionamiento de la Cámara de Máquinas. Es un auténtico privilegio poder aprender cosas tan útiles para el día a día de la mano de grandes profesionales.
Por otra parte, pertenezco a uno de los turnos de vigilancia encargados del control del normal funcionamiento de las máquinas, haciendo rondas periódicas por las mismas y supervisando que los diversos niveles de temperatura, presión y otros parámetros sean los adecuados. En caso de avería, tratamos de buscar una solución rápida y efectiva que no comprometa los objetivos del barco, además de las primeras reacciones a posibles emergencias en la mar, como pueden ser incendios e inundaciones, en las que una rápida intervención es fundamental.
Todas estas actividades resultan más amenas con el apoyo de mis compañeros de trabajo, quienes hacen que los días pasen más rápidos y mantienen un buen ambiente durante los más de seis meses de navegación, incluso pasando de ser simples compañeros a una segunda familia. Y hablando de familia, cómo olvidar a la que dejamos en tierra, siempre prestando su apoyo incondicional desde la distancia. Sin ellos no habría sido capaz de llegar donde estoy hoy, y le debo agradecer todo lo que he conseguido. La parte más dura de esta increíble aventura es sin duda el tiempo que no comparto a su lado, pero sé que pronto recuperaremos todos esos momentos juntos. No hay duda de que las familias son nuestro verdadero motor, siempre proporcionándonos la energía que necesitamos.
Casi sin darnos cuenta han pasado ya cuatro meses desde que partimos de Cartagena. Nos encontramos a las puertas del cierre de las Bases Españolas en la Antártida, tarea que supone la despedida de estas frías aguas a las que esperamos regresar pronto. Tras esto, nos espera la recta final de la XXVII Campaña Antártica en la que está prevista la realización de proyectos en el Océano Atlántico de regreso a España, etapa que afrontamos con la ilusión intacta.
Con todo ello, ha llegado el momento de despedirme. No sólo de este Vida a Bordo, sino también del BIO Hespérides que tanto me ha dado estos últimos tres años. Me marcho con una mochila cargada de experiencias, momentos inolvidables y amigos para siempre. Espero que éste no sea el punto y final de mi aventura antártica y confío en reencontrarnos en futuras ediciones de este Vida a Bordo.
¡Buenos días! Soy la Capitán Enfermera Marta Holguín y, en este "Vida a Bordo" del día de hoy de la XXVII Campaña Antártica a bordo del BIO "Hespérides", tengo el placer de contaros un poco sobre mí y mis funciones a bordo como parte de la dotación.
Nací en Ávila un 20 de abril de 1993 por lo que a día de hoy tengo la friolera de 29 años. Siempre me ha encantado estar con la gente y ayudar en todo lo que se pudiese por lo que no fue ninguna sorpresa que me decantase por estudiar enfermería en la Universidad de Extremadura. Ha sido y es, una de las grandes elecciones que he podido hacer. Esta profesión te enseña muchas cosas y valoras otras que en el día a día pasan desapercibidas.
No me despertó el interés por el Ejército hasta que acabé la carrera. Pero una vez que lo decidí no hubo marcha atrás. Si hay algo que realmente me define es conseguir todo lo que me propongo. Fue un año de oposición duro, muy competitivo, en el que lo di todo porque estaba segura que una plaza era para mí. Finalmente, cumplí mi propósito y acabé destinada en la Armada, concretamente en Ferrol a bordo del B.A.C. “Cantabria”. La elección de este ejército y destino vino motivada, en gran parte, por las ansias de conocer el mundo, adoro viajar y conocer nuevas culturas, pero también en aquel momento se estaban librando los rescates de migrantes en el Mediterráneo y el hecho de poder salvar vidas a la vez que conocía nuevos lugares me parecía la forma más completa de desarrollar mi profesión.
Este destino fue muy importante para mí, empecé a valorar realmente la maravilla de vida que llevaba. Nunca pensé que mi trabajo me pudiera acercar a tantos lugares y ver cosas tan increíbles. Nunca pensé que se pudiera conocer y hacer tantos amigos y cómo estas personas en tan poco tiempo forman parte de tu vida para siempre. Navegar se acaba convirtiendo en algo adictivo, pero cómo no hacerlo si os comento este tipo de cosas.
Tras cinco años en el “Cantabria” se me antojaba un cambio. Ya había hecho todas las misiones posibles con esta unidad y me había desarrollado como profesional pues hice todos los cursos que avalan aptitudes sanitaras para enfermería. Actualmente, son dos: curso de enfermería de vuelo y curso de enfermería en ambiente hiperbárico.
Desde que supe que la Armada tenía un barco que iba a la Antártida se convirtió en una especie de obsesión llegar a él. Bajo mi punto de vista, estar en este ejército y no aprovechar la oportunidad de hacer este viaje es una especie de crimen. Me costó mucho dejar mi querido “Cantabria” allí tenía lo que llamo mi familia Cántabra pero los cambios siempre son para bien y se que ellos estarán en mi vida para siempre.
A principios de agosto fui destinada al “Hespérides”. Por tanto, ésta es mi primera Campaña Antártica, que, sin duda, tal y como imaginaba, está siendo una experiencia inolvidable. Me resulta difícil encontrar una palabra para poder describir todo esto, pero, si tuviera que hacerlo en una, sería “sobrecogedor”. Allá donde mire solo me sale decir eso. Me siento muy afortunada de poder estar aquí, ahora entiendo eso que dicen que solo aquel que ha podido ver con sus ojos esta tierra sufre la condena de querer volver el resto de su vida, por lo que hay que exprimir cada momento al máximo.
Sobre mis funciones a bordo, soy la enfermera. Me gusta mucho ejercer esta profesión en un barco, va mucho mas allá de lo meramente asistencial. Lo defino como estar ahí para cualquier cosa que se necesite de mí, alguien amigo con el que puedes mostrarte tal y como eres con tus miedos, inquietudes y preocupaciones. Si consigues pasar por la vida de una persona y que al recordarte lo haga con cariño sabrás que has hecho bien tu trabajo, para mi no hay nada más importante.
Para terminar, me gustaría mandar un fuerte abrazo a todos mis seres queridos, que a más de 12.000 kilómetros de distancia hacen todo lo posible para que les sienta conmigo en cada momento. Sin ellos esto sería mucho más complicado.
Espero que este Vida a Bordo del BIO “Hespérides” sea de su agrado y les haya acercado de alguna manera a mi vida aquí. ¡Un saludo muy grande!
Buenos días de nuevo a todos al “Vida a Bordo” de la XXVII Campaña Antártica. Soy el Marinero José Tejedor Cabrera, natural de Valencia y destinado en el DETALL del BIO Hespérides en la que es mi segunda Campaña Antártica a bordo.
Casi un mes y medio después de nuestra salida de Cartagena el pasado 11 de noviembre, nos encontramos navegando el Mar de Hoces en dirección a Ushuaia (Argentina) tras unos días de intenso trabajo en la apertura de las Bases Españolas en la Antártida. No es un tránsito sencillo, pero nos permite seguir conociendo un poco más acerca del BIO Hespérides.
Como Marinero del DETALL, las tareas que tengo asignadas son de doble naturaleza: por una parte, asisto administrativamente a la Oficina del buque, destacando la elaboración y distribución, por orden del Sr. Comandante, de la Orden diaria que con tanta gratitud es recibida por la dotación cada noche. No en vano, refleja los aspectos más relevantes de nuestro día a día y supone una fiel hoja de ruta para los días venideros. Por otra parte, ocupo el último peldaño en la escalera de aprovisionamiento, siendo las principales funciones la estiba, clasificación y entrega de los pertrechos y repuestos que los destinos puedan necesitar.
Durante las vigilancias abandono por un tiempo la oficina para adentrarme en el enriquecedor mundo de la navegación, tan desconocido para mí hace tan sólo dos años y tan necesario ahora. Sin duda, los paisajes que la Antártida tiene a bien ofrecernos han sido un factor decisivo en esta “conversión”. Cómo explicar lo que siente uno al vivir en primera persona la salida de la Isla Decepción, atravesando la estrechez de los Fuelles de Neptuno, y observar, a lo lejos, las cumbres nevadas de la Isla Livingston, mientras una pareja de atrevidos pingüinos juguetean con la proa. Estoy convencido de que nuestros intentos por explicar estos momentos no hacen justicia a la realidad.
Y en este escenario nos encontramos estos días tan señalados en los que nuestros pensamientos están con la familia y los seres queridos. Una vez finalizada con éxito la apertura de las Bases Españolas en la Antártida, la celebración de la Navidad a bordo es una excelente oportunidad para descansar y reforzar los lazos grupales. Este año, además, hemos tenido el privilegio de permanecer fondeados frente a la Base “Gabriel de Castilla”, por lo que la felicidad ha sido doble al poder compartir estos momentos con los compañeros del Ejército de Tierra.
Pero el trabajo sigue y no son pocos los objetivos que nos quedan por cumplir. Con energías renovadas esperamos atracar pronto en Ushuaia donde podremos disfrutar de unos días más de descanso y preparar el buque para la siguiente incursión en aguas antárticas.
Con todo ello, la dotación del BIO Hespérides os deseamos unas felices fiestas y un próspero año 2023. ¡Hasta la próxima!
Buenos días a todos! Soy el Sargento Carlos Pardo Rodríguez y, en este "Vida a Bordo" del día de hoy de la XXVII Campaña Antártica a bordo del BIO "Hespérides", tengo el placer de contaros un poco sobre mí y mis funciones a bordo como parte de la dotación, además de las actividades realizadas durante el día de hoy.
Para que me conozcáis un poco, nací en tierras gaditanas un 15 de mayo y a día que escribo este diario tengo 27 años. En el año 2015, motivado por seguir los pasos de mi padre, entré en la Armada como Marinero. Estuve destinado en la 9ª Escuadrilla de Aeronaves en Rota, hasta que aprobé las oposiciones para ingresar en la Escuela de Suboficiales de la Armada.
Tras recibir mi despacho como Sargento de la especialidad Sistemas, fui destinado a los Cazaminas "Turia" y "Segura", viviendo de cerca la misteriosa y callada guerra de minas. Después, tras realizar la Especialidad Complementaria de Guerra Electrónica, a principios de este año fui destinado al “Hespérides”, pero debido al COVID no pude incorporarme a la XXVI Campaña Antártica con mis compañeros, por lo que estuve comisionado en el Buque de Acción Marítima "Audaz" hasta mayo, esperando con ansia la llegada de mis compañeros de destino. Por tanto, ésta es mi primera Campaña Antártica, la que, sin duda, está siendo una experiencia inolvidable.
Ahora mismo nos encontramos levando fondeo de Isla Decepción, ya que durante el día de ayer terminamos las labores de descarga de material y apertura de la base antártica del Ejército de Tierra "Gabriel de Castilla". Ponemos rumbo a la Isla Rey Jorge, en la que recogeremos a personal científico que tenemos que llevar a las bases “Juan Carlos I” y “Gabriel de Castilla”. Una vez desembarcado el personal, pondremos rumbo al Campamento Byers para proceder a su preapertura.
Realizar la descarga del buque y apertura de las bases antárticas nos toma varios días y es, sin duda, una dura labor debido a la cantidad de material que hay que desembarcar, sumado a las condiciones climatológicas que tenemos en estas remotas tierras. Pero si algo tengo claro, es que con buen ambiente y predisposición el trabajo sale solo, ¡y así está siendo!
Sobre mis funciones a bordo, soy el Suboficial del destino de Electrónica. Soy el encargado del mantenimiento de los diferentes equipos que sirven de ayuda a la navegación. En primer lugar tenemos 2 radares de navegación, en diferentes bandas de frecuencias. Ambos están integrados en un sistema ECDIS que nos proporciona una capacidad muy buena a la hora del planeamiento de las derrotas y la visualización de la cartografía digital. También tenemos a bordo diferentes sistemas de posicionamiento GPS, además del sistema de identificación AIS, sondador de profundidad, corredera, piloto automático, cámara FLIR, sistema de vigilancia del buque y el sistema de entretenimiento de la dotación, además de las diferentes tareas que van surgiendo día a día propias del destino. Son varios equipos, cada uno de ellos diferente del anterior, pero que resulta sencillo con la ayuda de mi Oficial y de mi Cabo 1º. Como solemos decir entre nosotros: "¡Otro éxito del destino de Electrónica!”
Además, durante las horas de vigilancia monto de Guardia Interior, y tengo que controlar que los diferentes elementos del barco, tanto en interiores como en exteriores, se encuentren bien arranchados para evitar que caigan o sean golpeados cuando el barco se atraviesa a la mar. También tengo que estar pendiente, sobre todo durante la noche, de que no hay ninguna pérdida de agua que pueda causar una inundación o un conato de incendio que pueda derivar en un problema mayor a bordo.
Y para terminar, me gustaría mandar un fuerte abrazo a todos mis seres queridos, que a más de 12.000 kilómetros de distancia hacen todo lo posible para que les sienta conmigo en cada momento. Sin ellos esto sería mucho más complicado.
Espero que os hayan gustado mis humildes palabras en esta Vida a Bordo del BIO "Hespérides", y estad pendientes a lo que viene, ¡que no es poco!
Buenos días a todos al “Vida a Bordo” de la XXVII Campaña Antártica. Soy el Capitán de Fragata Rafael Aguirre Pastor, Comandante del “Hespérides”.
Continuando con la iniciativa del Alférez de Navío Pelayo Gimenez Baizán, doy un paso al frente para darle contenido a este apartado de vida a bordo para que podáis sentirnos más cerca a través de estas líneas y que conozcáis con un poco más de detalle en qué consiste nuestro trabajo y qué hacemos en el día a día.
Entrando en el terreno personal, deciros que soy natural de Cartagena y tengo 45 años, estoy felizmente casado y tengo 5 hijos.
En cuanto a mi bagaje profesional, señalar que recibí mis despachos de Alferez de Navío en el año 2001. Mi experiencia embarcado la he adquirido en la corbeta “Vencedora”, el cazaminas “Duero”, las fragatas “Numancia” y “Navarra”, el patrullero “Medas”, el buque de investigación oceanográfica (BIO) “Hespérides” y el patrullero “Arnomendi”. De los buques anteriormente citados, he sido Segundo Comandante del cazaminas “Duero” y del BIO “Hespérides”, he sido Comandante de los patrulleros “Medas” y “Arnomendi”, y actualmente desempeño el cargo de Comandante del BIO “Hespérides”. También he estado destinado en tierra en diversos destinos de Estado Mayor.
Tras salir a la mar desde el Arsenal de Cartagena el 11 de noviembre, y recalar en el puerto argentino de Mar del Plata, actualmente nos dirigimos al Estrecho de Magallanes para hacer escala en Punta Arenas (Chile). Aquí embarcará el personal del Ejército de Tierra y del CSIC responsable del sostenimiento de las Bases Antárticas Españolas, con el que pondremos rumbo a la Antártida para proceder a su apertura durante la segunda mitad del mes de diciembre, inaugurando así la XXXVI Campaña Antártica Española. Además del apoyo logístico a las bases, nuestra misión principal es realizar a bordo los proyectos científicos de investigación programados para la XXXVI Campaña Antártica Española.
Está previsto realizar 6 cruces del Mar de Hoces esta campaña, desde Sudamérica hasta la Antártida, tanto para abrir y cerrar las Bases Antárticas Españolas, como para realizar las escalas logísticas en Ushuaia y Punta Arenas, donde realizaremos el embarque y desembarque de personal científico y técnico para realizar los proyectos científicos.
La misión en este barco es completamente diferente a las misiones que realizan otros barcos de la Armada, lo cual demuestra que la Armada es una organización flexible y abierta al cambio, con voluntad y capacidad de apoyar a otras agencias e instituciones, tanto públicas como privadas.
Me gustaría destacar que la relación entre la ciencia y la Armada no es algo nuevo. A lo largo de la Historia, la Armada ha estado a la cabeza de la investigación, como demuestran la expedición científica de Malaspina, una de las más importantes de la Historia mundial, o la expedición de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, para medir el arco del meridiano terrestre en el Ecuador.
En cuanto a lo que supone para el Hespérides esta misión, señalar que es un desafío. Debido a las especificaciones del tipo de navegaciones del “Hespérides”, de más de 6 meses en la mar en lugares remotos y extremos como es la Antártida, donde es muy complicado recibir asistencia, dependemos del personal a bordo para la consecución de la misión. Es por ello que es fundamental contar con personal experimentado ya que ante cualquier problema tenemos que disponer de la capacidad para solventarlo nosotros mismos. El éxito de la misión está en el equipo humano que conforma la dotación del “Hespérides”, grandes profesionales de los que me siento verdaderamente orgulloso.
En cuanto a mis objetivos como Comandante, el principal es cumplir la misión encomendada priorizando la seguridad del personal y del buque. También me he propuesto hacer todo lo posible para que el personal científico pueda obtener todos los datos y muestras que requieren para completar con éxito sus proyectos, en beneficio del desarrollo científico en nuestro país. Otro aspecto de gran importancia y que considero un objetivo esencial, es mantener un buen ambiente de trabajo y de convivencia a bordo, ya que son muchos meses viviendo juntos en un espacio limitado como es un barco.
En cuanto al día a día, como anécdota señalar que hoy la cámara de suboficiales nos ha invitado al Segundo Comandante y a mí a una “meridiana”, tradición en los buques de la Armada que se realiza de vez en cuando en días de fiesta u ocasiones especiales, que consiste en un picoteo variado para juntarse para charlar sobre cualquier tema en un ambiente distendido y relajado, y para romper con la monotonía. Lo hemos pasado estupendamente y hemos disfrutado de las viandas que nos han ofrecido los suboficiales, antes de ver el partido de octavos de final, aunque España finalmente no ha tenido suerte y no se ha podido clasificar para la siguiente fase.
Quiero finalizar estas letras enviando un caluroso y sentido abrazo a todas las familias y seres queridos de la dotación, recibir vuestro apoyo y cariño son fundamentales para sentiros cerca cada día y que continuemos realizando nuestro trabajo con ilusión. Me tenéis a vuestra entera disposición para cualquier cosa que preciséis de mí.
¡Buenos días a todos y bienvenidos al “Vida a Bordo” de la XXVII Campaña Antártica! Soy el Alférez de Navío Pelayo Giménez Baizán, Oficial de Información Pública del “Hespérides”. Tengo el gusto de inaugurar este apartado de la Sección Monográfica dedicada a la nueva misión antártica del “Hespérides” en la página web de la Armada. En este apartado trataremos de mostraros cómo es el día a día durante esta navegación de todos los hombres y mujeres que formamos la dotación del “Hespérides”. Además de conocernos a nosotros, también podremos presentaros a algunos de nuestros compañeros que durante esta extraordinaria experiencia, y que son parte fundamental de la Campaña Antártica: los científicos, técnicos y miembros del Ejército de Tierra que compartirán con nosotros sus vivencias en esta sección. Esperamos que disfrutéis de estas páginas de “vida a bordo” y que os sintáis parte de esta Campaña Antártica recién inaugurada. ¡Comenzamos!
Tengo 26 años y soy natural de Oviedo. Ingresé en la Armada en el año 2014 y, desde que recibí mi despacho de Alférez de Navío, estuve destinado en la fragata “Méndez Núñez”, hasta recalar en el “Hespérides” el 18 de agosto del año pasado. Aquí ocupo los destinos de Oficial de Electrónica, de Meteorología e Información Pública. Ya tuve la fortuna de poder disfrutar de la experiencia antártica el año pasado, durante la XXVI Campaña Antártica del buque, y el pasado día 11 comenzó mi segunda aventura en demanda del Continente Helado.
Navegamos ahora rumbo a Mar del Plata (Argentina) frente a la costa atlántica de Brasil. El día a día en estas semanas de tránsito resulta más monótono de lo que luego será en la Antártida. El “Hespérides” tarda aproximadamente un mes en llegar al último confín del mundo desde Cartagena, y estas jornadas las utilizamos, fundamentalmente, para reforzar el adiestramiento de la dotación en la lucha contra incendios, inundaciones o cualquier contingencia que pueda surgir operando en el Océano Glacial Antártico. Todos los esfuerzos que hagamos preparándonos para lo peor marcarán la diferencia entre el éxito o el fracaso en caso de que surja un imprevisto de gravedad.
Mi día a día a bordo, se puede resumir en el desempeño de mis vigilancias como oficial de guardia en puente y todas las tareas asociadas a los roles que mencionaba en el primer párrafo. Así, como Oficial de Meteorología, mantengo una observancia constante del pronóstico para la zona de navegación, el cual es fundamental para la programación de todas las actividades a las que nos debemos en la Antártida. Si el tiempo no acompaña -y allí es tremendamente voluble- las estaciones de muestreo o las operaciones logísticas tienen que reacondicionarse para aprovechar nuestra presencia en la Antártida, donde cada minuto es oro. Otras de las labores que realizo a bordo es la de Información y Asuntos Públicos. El objeto de este destino es dar a conocer por todos los medios posibles la labor que hace este buque de la Armada tan especial. Fotografías y publicaciones en redes sociales oficiales, relación con los medios de comunicación, ¡incluso esta misma Sección Monográfica! Cualquier canal es útil a la hora de difundir las actividades que hace el “Hespérides”. La verdad que es una tarea que requiere mucho tiempo y dedicación pero que es, a la vez, muy gratificante.
Por lo pronto, continuamos nuestra travesía en demanda del puerto argentino de Mar del Plata. ¡Os esperamos!