Cuaderno de bitácora

XXVI Campaña Antártica y Campaña Investigación ZEEE

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XXVI Campaña Antártica y Campaña Investigación ZEEE

Comienza la singladura navegando en demanda de Mar del Plata con viento flojo del NE, mar marejadilla, cielos despejados y buena visibilidad.

Después de recibir el año nuevo con un tiempo bastante poco veraniego, el pronóstico meteorológico parece que se torna más benigno y nos da una tregua durante este domingo en la mar. Aunque en ningún momento pueden descuidase las operaciones en curso, la seguridad en la navegación y los servicios para mantener el buque plenamente funcional, los domingos o festivos se establece régimen de festivo en la mar.

Este régimen busca aportar un poco de descanso al ajetreo habitual del día a día a bordo. En este régimen el horario de limpiezas y de trabajos para toda la dotación se cancela. Así, todo el tiempo del que los miembros de la dotación disponen francos de guardia puede emplearlo para lo que deseen, aunque hacer deporte y descansar sean las favoritas aventajadas. También es usual que, en estas jornadas, cuando el buque navega en latitudes cálidas se autoricen “playas”. Esto habilita una zona exterior del buque –generalmente cubierta de vuelo- en la que se autoriza a salir en bañador para disfrutar del calor del día, antes de vernos rodeados de hielo durante varios meses.

Otra tradición en estas jornadas es la de ofrecer chocolate caliente con churros a la hora del desayuno. Esta costumbre, junto con la de servir hamburguesa completa en la cena, no está escrita en ninguna instrucción de régimen interior, pero se lleva a rajatabla todos los domingos sin excepción.

Con esta situación y este clima –por fin- veraniego, apuramos una de las últimas jornadas de este tránsito en demanda del Mar Argentino.

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la primera singladura del año navegando en aguas del Atlántico S en demanda del puerto argentino de Mar del Plata con viento frescachón del N, mar gruesa, cielos cubiertos y buena visibilidad. A lo largo de la tarde, estas condiciones meteorológicas mejoraron, disminuyendo el estado de la mar, amainando el viento y despejándose parcialmente el cielo para permitirnos ver la primera puesta de sol del año.

Nuestra entrada en 2022 tuvo lugar dos horas más tarde que en la España peninsular – una hora menos que en Canarias – y hemos compartido este momento con menos del 0,01% de la población mundial (Azores y Cabo Verde).

Sin embargo, el uno de enero no siempre fue el primer día del año. La versión primitiva de nuestro calendario, el romano, contaba con diez meses lunares de los cuales “martius” (Marzo) era el primero. Septiembre, octubre, noviembre y diciembre, deben su nombre a esta configuración primigenia, en la que eran los meses séptimo, octavo, noveno y décimo, respectivamente. Como este año presentaba un importante desajuste entre fechas y estaciones, se añadieron iaunarius (enero) y februarius (febrero) al final del mismo, con los que el año sumaba 355 días.

El motivo de que el 1 de Enero desplazase al 1 de Marzo como día Año Nuevo tiene uno de sus orígenes en la Península Ibérica. Originalmente, marzo era el mes en el que comenzaban las campañas militares mediante el nombramiento en Roma de los dos nuevos cónsules para el año entrante. Ocurría que, en el año 154 A.C., la insurrección de Numancia obligaba a los romanos a dar una respuesta rápida para lo que el cónsul debería encontrarse en Hispania para el comienzo de la campaña militar. A tal efecto, comenzaron a ordenar estos nombramientos en Enero, cambiando así el origen del año.

Fue el propio Julio César quien derogó el calendario romano tradicional e instauró el Calendario Juliano, con el fin de adecuarlo con precisión a los ciclos solares. Sus matemáticos midieron el año solar en 365 días y 6 horas. En este calendario, los meses impares alargaron su duración a 31 días y los pares a 30 días, con la excepción de febrero, que se quedó con 29. Para terminar de concretarlo, añadió un día adicional a febrero cada cuatro años, creando así el año bisiesto.

El calendario moderno llegó en 1582 y tiene la firma del papa Gregorio XIII. Este calendario, basado en estudios de la Universidad de Salamanca, corregía un error de 11’ al año que habían cometido los astrónomos de César. Este error, transportado por más de mil años, provocaba un atraso de diez días respecto al ciclo solar real. Para corregirlo, el año 1582 pasó directamente del día 4 al día 15 de octubre. Además, anuló el día bisiesto en todos los años múltiplos de 100 que no lo fueran múltiplos de 400, para hacer el ajuste al futuro.

Paulatinamente, todos los países que empleaban el calendario juliano fueron adoptando este nuevo modelo, siendo la España de Felipe II el primer territorio en adoptarlo. En cambio, en Rusia no se abandonó el calendario juliano hasta 1918 (podemos decir que el famoso Octubre Rojo tuvo lugar en noviembre) y Grecia fue el último en hacerlo, en 1923.

Rinde la singladura sin más novedad.

Comienza la última singladura del año navegando en demanda de Mar del Plata con viento fresquito del noreste, marejada y chubascos frecuentes, como era de prever durante estos días. Aunque celebramos el cambio de año en verano, y sea costumbre en muchos de los países de este hemisferio disfrutar de la Nochevieja en playas como Copacabana, distante apenas 140 NM de nosotros, estos días vienen pasados por agua. Por tanto, aunque lo ideal para nosotros sería celebrar este evento en cubierta de vuelo aprovechando las agradables temperaturas, la lluvia no será un impedimento para que nos reunamos toda la dotación – en interiores- a disfrutar de las campanadas y a despedir el año juntos.

Ya habíamos hablado en ediciones anteriores de este Cuaderno del esfuerzo que realiza el personal de cocina estos días, en los cuales se superan a sí mismos. El menú de fin de año del buque no fue una excepción. Por eso, en la comida hicieron un guiño a la tradición italiana de servir lentejas en la última jornada del año, reservando la carrillada ibérica de la cena. Evidentemente, no pueden faltar las doce uvas de rigor. Todo de calidad “Premium”, como le gusta decir a nuestro capitán habilitado.

El fin de año a bordo del “Hespérides” se vive con la familia del buque con la ilusión y todos los festejos tradicionales de este día. Aunque cuando en España estéis tomando las uvas a nosotros todavía nos faltarán dos horas para medianoche, nosotros también tenemos conexión con el reloj de la madrileña Plaza del Sol – en diferido – desde el Atlántico Sur.

Por eso, desde el buque “Hespérides” navegando a 142 NM al 130º de Río de Janeiro por el Atlántico Sur, os deseamos a todos un muy feliz año 2022.

Rinde la singladura sin más novedad.

Comienza la singladura con viento bonancible moderado del noreste, marejada, y un empeoramiento leve de las condiciones meteorológicas. Los chubascos que nos acompañan desde hace días, pero de forma muy ocasional, comenzaron a desfogar grandes cantidades de agua desde esta madrugada de manera más regular.

Sin embargo, estas lluvias no han tenido ningún efecto en nuestra derrota. De hecho, durante las singladuras anteriores venimos observando que, en comparación con la velocidad de crucero usual del “Hespérides”, ¡Vamos demasiado rápido!

Del planeamiento original en el que pretendíamos cruzar el Atlántico a una velocidad media de 10 nudos, que equivalen a algo menos de 20 km/h, nuestra velocidad promedio es de 12 nudos. Aún en latitudes ecuatoriales, donde la mayor temperatura del agua marina refrigera los motores de manera más ineficiente, nos mantenemos por encima de esta velocidad. El trabajo realizado durante el periodo de alistamiento en nuestros motores propulsores ha dado sus frutos.

Sin embargo, también hemos de reconocer que la expresión “mares largos y vientos de popa” nos ha venido acompañando desde las Islas Canarias, en forma de mar, viento o corrientes.

Desde que completamos nuestro cruce del Atlántico, la Corriente del Brasil nos viene empujando suavemente por nuestra popa, añadiendo algo más de medio nudo a nuestro avance real. Esta corriente cálida, de componente sudeste (las corrientes se denotan por la dirección hacia la que van, al contrario que la mar o el viento) tiene su origen en latitudes tropicales y recorre toda la costa brasileña hasta la altura del Río de la Plata, donde se tropieza con la fría Corriente de las Malvinas. Estos flujos de agua convergen y toman un rumbo oriental, para cerrar el círculo fluyendo al Norte por la costa africana hasta el Golfo de Guinea y al Oeste desde allí. Es en este punto donde se calienta, y vuelve a descender por el litoral sudamericano. Este ciclo conforma el giro de corrientes subtropical del Atlántico sur.

Aunque pueda parecer que el impacto de las corrientes marinas se limita a aquel que tiene sobre la navegación y los ecosistemas marinos, estas juegan un papel central en la climatología mundial. El ejemplo más ilustrativo es nuestra Corriente del Golfo. Esta, partiendo del Caribe, baña con sus aguas cálidas la costa de Europa desde el Cantábrico hasta el Mar del Norte. El efecto es evidente cuando comparamos la misma latitud a ambas orillas del Atlántico. Mientras que en Nueva York estamos hartos de ver estampas navideñas con grandes nevadas al nivel del mar, en Pontevedra no cae un copo desde hace 34 años. De hecho, la Antártida es el regulador térmico del planeta puesto que parte de sus gélidas aguas profundas se extienden hacia el norte y participan en la circulación termohalina mundial (se llama así a la circulación causada por variaciones en temperatura y salinidad). Esta especie de cinta transportadora es un componente principal del sistema climático terrestre, ya que contribuye al balance energético del planeta, a través de los flujos de calor y sal entre los trópicos y las regiones polares. Y de esto os hablaremos dentro de unas semanas.

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la singladura con viento bonancible moderado del este, marejada, buena visibilidad y cielos despejados.

Continuamos barajando la costa brasileña a rumbo SE, en nuestro tránsito a tierras australes, en unas aguas muy poco transitadas por las principales rutas de tráfico marítimo mundial a esta distancia de costa. Hace ya varias jornadas que no avistamos ni detectamos en nuestro radar ningún otro buque, y, desde que las aves que describimos hace un par de días nos abandonaron, los chubascos de lluvia son nuestra única compañía en la inmensidad del mar.

Aunque hoy contamos con medios de comunicación por radio o satélite que nos mantienen conectados con tierra, con nuestros mandos orgánicos y nuestros seres queridos, imaginen la sensación de pequeñez frente a la mar con la que navegaron por estas aguas los hombres de Magallanes que estaban llamados a dar la primera vuelta al mundo. Este hecho, unido a las costumbres de la época y a las durísimas condiciones de vida en la mar que había entonces, provocó el arraigo de ciertas supersticiones, así como de un fuerte sentimiento religioso entre los marinos.

Desde esta época viene la costumbre de realizar una oración colectiva al ocaso, de la que participaban todos los miembros de la dotación. Esta costumbre ha llegado hasta nuestros días y es independiente de los sentimientos religiosos de cada miembro de la dotación, ya que se trata de preservar una tradición varias veces centenaria en nuestra Armada.

Aunque su forma ha ido cambiando con el trascurso de los siglos, es costumbre que al ocaso, en todos los buques de la Armada, tanto en puerto como en la mar se recite por megafonía (o se cante, como en el Buque Escuela “Juan Sebastián de Elcano”) este rezo, en ocasiones, es acompañado con el lema de la Unidad, y que desde el siglo XX dice así:

“Tú que dispones de viento y mar

Haces la calma, la tempestad

Ten de nosotros, Señor, piedad

Piedad, Señor; Señor, piedad”

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la singladura con viento bonancible, marejada, buena visibilidad y cielos despejados.

Las aves que nos acompañaban estos días atrás han decidido buscar otro entretenimiento. Probablemente porque ya nos encontramos a una distancia suficiente para saltar hacia la costa brasileña o quizás a causa de los chubascos que descargaron (en la mar también decimos “desfogaron”) durante la tarde noche de ayer.

Ya sin observadores alados, hoy hemos aprovechado para ejercitarnos ante un posible incendio a bordo. Este buque es como un pequeño pueblo donde convivimos 53 personas pero habrá momentos en los que llegaremos a ser casi 100. Existen muchas causas posibles por las que puede surgir un incendio, por ejemplo en la cocina, en un equipo electrónico o simplemente en un camarote, por un descuido. De ahí que nos esforcemos en preparar a nuestros “bomberos de la mar”. En este caso hemos simulado un incendio en el gimnasio (alguno ha temido por sus mancuernas y su bicicleta estática) que ha obligado a que todos arrimemos el hombro para apagarlo. Es lo que se llama Zafarrancho por Emergencia en la Mar y que tras una hora de ejercicio, ha concluido con el incendio apagado, el Marinero Junior (herido simulado) evacuado a la enfermería y al Segundo Comandante satisfecho con la reacción de la dotación. ¡Así se hace! El próximo día nos entrenaremos en la respuesta ante una inundación.

Los chubascos que nos habían condicionado durante nuestro paso del Ecuador y jornadas posteriores, han remitido, y el viento está rolando paulatinamente al Sudeste. En los próximos días, volveremos a encontrarnos con esos vientos que nos acompañaron desde que salimos de Canarias: los alisios. Sin embargo, mientras que en nuestro hemisferio estos soplan de componente Nordeste, aquí cambian de procedencia al Sur. El motivo de este cambio es el efecto Coriolis.

Este fenómeno físico tiene mucha más influencia de la que pensamos en campos como la meteorología, la aeronáutica o la balística. El efecto Coriolis es un efecto físico muy relacionado con el teorema de la conservación del momento lineal y que está causado por la rotación terrestre. De manera muy somera, se debe a que la aceleración lineal que el giro de la Tierra imprime a un punto en el Ecuador sea mayor que más cerca de los polos.

El Efecto Coriolis es también el motivo de que las borrascas giren en sentido antihorario en el hemisferio Norte y horario en el Sur.

Sin embargo, nosotros hemos contemplado con decepción que el agua en el sumidero de la ducha gira en el mismo sentido que hace unos días. El mito de que el agua en retretes y lavabos de ambos hemisferios gira en sentido contrario es falso por el simple motivo de que esa agua no recorre una distancia suficiente como para que este efecto tenga acción. Podemos culpar a los fontaneros australianos de generarnos falsas expectativas.

Rinde la singladura sin más novedad.

Comienza la singladura con viento bonancible moderado del E, mar marejada combinada con esa mar tendida del N que nos acompaña desde ya hace varias singladuras, chubascos de viento y lluvia, aunque con buena visibilidad. Aunque aún nos resta más de una semana para recalar en Mar del Plata, por nuestra cercanía a costas brasileñas ya podemos dar por concluido nuestro cruce del Océano Atlántico.

Buena muestra de nuestra proximidad a costa es la presencia de varias aves marinas que han tenido a bien disponer de nuestro buque como aposento de su hospedaje.

Así pues, las antenas de nuestro mástil sirven de atalaya a una pareja de fragatas o rabihorcados reales “Fregata magnificens”, aves marinas que se unieron ayer al buque para celebrar el paso del Ecuador con nosotros. Como ya hicieran una pareja de alcatraces que llegaron antes que ellas, se aprovechan del barco, a cuyo paso saltan planeando los peces voladores tratando de huir de esa mole metálica que amenaza con arrollarles. Sin embargo, su método de evasión es fatal para ellos ya que la fragata cae en picado sobre ellos presta a su captura al vuelo.

Esta ave también es conocida por perseguir y hostigar a otras aves marinas más exitosas en su afanosa tarea de capturar peces, para robarles las presas en vuelo, haciendo que suelten en el aire sus capturas con tal de zafarse de la fragata. De esta similitud con las antiguas fragatas de vela, que aprovechando su mayor velocidad y maniobrabilidad hostigaban a los grandes navíos que transportaban oro y bienes, adopta su singular nombre.

Como peculiaridad, en época de celo, los machos realizan el cortejo para atraer la atención de las hembras inflando una bolsa dispuesta en su garganta que adopta la morfología de un balón hinchable de color rojo.

Su vuelo es peculiar y su silueta en vuelo, de gran envergadura y pico garfiado, es inconfundible. Existen algunas poblaciones de otras especies más al sur, en aguas de Brasil y de Argentina, de las cuales tendremos oportunidad de escribir en singladuras próximas.

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la singladura con viento bonancible moderado del E, mar marejada cielos parcialmente cubiertos y buena visibilidad. Durante la guardia de Alba de hoy (0400-0800), concretamente a las 0631h de la madrugada, el “Hespérides” ha cambiado de hemisferio, cortando el Ecuador en la longitud 28º 36’ W.

Este evento, uno de los más significativos de cualquier navegación, no pasa desapercibido por ningún miembro de la dotación, y tiene asociada una divertida ceremonia con mucho arraigo en la Armada Española, que es la visita a bordo del insigne Señor de los Mares: el Dios Neptuno.

Según marca esta tradición, al cruzar el Ecuador el Dios Neptuno, encarnado por el Cabo Primero Salvador, el más antiguo de a bordo en su empleo, embarca al buque por su alavante acompañado por su séquito. No viene con buenas intenciones este Dios, pues se encuentra contrariado de que el “Hespérides” haya cometido la osadía de cruzar sus aguas cargado de neófitos; que son los más de treinta miembros de su dotación que nunca habían traspasado la latitud 0º.

Para aplacar al Dios, la tradición dicta que el Comandante entregue el mando de la nave a Neptuno durante esta jornada y que todos los neófitos sean bautizados por el séquito de Neptuno así como el intercambio de galones entre los miembros de la dotación del buque. Solo así, contará el “Hespérides” con el favor de Neptuno para el resto de la campaña. Otra demanda de Neptuno es el del pintado del alavante, que es la guía (orificio) por donde laborean (trabajan) las estachas de amarre o remolque y que está situada en la proa del barco, de color rojo en su honor. Es costumbre en la Armada que todos los buques que cruzan el Ecuador mantengan el alavante de este color durante todo un año.

Así trascurre el día, con el barco comandado por el pendenciero Dios del Mar, con los papeles intercambiados. Así, la marinero de habitabilidad, ascendida a Capitán de Corbeta, Sandra Piñeiro ha ejercido como Segundo Comandante y los Marineros Óscar Vega y Jesús Otero (antaño Oficiales de Máquinas) han realizado ejercicios de lucha contraincendios como programan de forma habitual para sus subordinados.

Tras el bautismo, la dotación del “Hespérides” le ofreció una barbacoa en cubierta de vuelo a Neptuno y su cohorte de ninfas y tritones, que hizo las delicias de visitantes y anfitriones y en la que más de uno no tuvo en cuenta la necesidad de usar crema solar para protegerse de las quemaduras del sol.

Al Ocaso, ya reconciliados con el Dios de los Mares, Neptuno devuelve el mando del buque a su legítimo Comandante y restablece la normalidad a bordo, tras lo que retorna a su reino subacuático, no sin antes ordenar a todo bicho marino viviente que le sea propicio al “Hespérides” como prueba de que el buque ahora cuenta con su favor en su expedición hacia las aguas más australes del planeta.

Rinde la vigilancia sin más novedad

Comienza la singladura navegando en demanda de Mar del Plata entre chubascos, con viento bonancible moderado del E, marejada y buena visibilidad.

El día de Navidad, festivo en la mar, se celebra con el mismo entusiasmo que la noche predecesora con la “familia naval”, que constituimos todos los tripulantes del “Hespérides”. El trabajo del personal de cocina, que ya nos tiene mal acostumbrados diariamente a su buen hacer, ha sido extraordinario estos días, con el menú que nos ofrecieron tanto en Nochebuena como en Navidad.

Durante la cena de Nochebuena toda la dotación se reunió en el comedor del buque a 2015 horas para compartir esta noche tan especial. Para dar especial realce a esta noche, sustituimos la faena azul marino, nuestra prenda habitual de embarque, por la camisa blanca y el pantalón azul marino de tergal. Pudimos disfrutar un menú delicioso, en el que no faltó el jamón, las gambas las cigalas y el buey de mar cocido como entrantes y el solomillo a la plancha como plato principal. No faltó ni el tradicional brindis con cava al finalizar la velada ni los villancicos navideños para amenizar la velada.

Le tenemos tanto aprecio al día de Navidad que el Segundo Comandante la alargó una hora más efectuando un cambio de hora de huso “Z” a huso “N” (dos horas de diferencia con España, para que nos entendamos). El menú del día de Navidad no tuvo nada que envidiarle a la noche anterior. Empanada gallega, mojama, gambas a la plancha y pulpo “a feira“ fueron los platos centrales del día.

Por supuesto, todos nosotros aprovechamos para sacar un rato y hablar con nuestras familias. Nuestro Jefe de Operaciones, el TN David González, aprovechó para enviar un vídeo felicitando la Navidad que le había solicitado un medio de comunicación de su localidad natal, Grado, convirtiéndose en una celebridad local de esta villa asturiana por estos días.

Continuamos navegando a rumbo sur, con la ilusión de llegar lo antes posible a la Antártida para comenzar los proyectos científicos que tenemos por misión. Desde el “Hespérides”, en aguas del Atlántico, a punto de cruzar el Ecuador, os deseamos a todos una muy Feliz Navidad.

Rinde la singladura sin más novedad

Navegamos hacia el suroeste en compañía todavía de los favorables vientos alisios, en demanda de las aguas trasatlánticas del Brasil, con viento bonancible moderado del NE y marejada, cielos cubiertos y ese calor húmedo que nos acompaña siempre cerca del Ecuador. Hoy, día 24 de diciembre, el Sr Comandante participó telefónicamente en la videoconferencia con el Presidente del Gobierno para recibir la tradicional felicitación navideña que éste, en representación de la Nación, transmite a las tropas españolas desplegadas allende del territorio nacional.

Además de la felicitación del Presidente, a nivel de Armada el Comandante ya había participado, el 23 de diciembre, en una videoconferencia con el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada quien transmitió su reconocimiento y orgullo por la labor desarrollada por todas las unidades de la Armada que se encuentran en estos momentos lejos de casa.

En realidad, durante estos días tan entrañables estamos recibiendo mensajes de felicitación navideña de otras autoridades (del Ministerio de Ciencia e Innovación por ejemplo) y personajes conocidos, como el bonito vídeo que Rafael Nadal dedicó a todos los militares españoles desplegados durante estas fiestas; o las postales navideñas que con tanto cariño nos han dedicado los niños del Colegio “el Recuerdo”, de San Javier (Murcia) y del colegio vallisoletano “Vicente Aleixandre”.

Esta Nochebuena, la dotación del “Hespérides” se reunirá en torno a la misma mesa en un ambiente entrañable, con mucha añoranza de nuestras familias pero orgullosos de la misión que estamos llevando a cabo. Recibir vuestras felicitaciones nos llena de alegría y os proporciona más fuerza aún para continuar con nuestra labor por lo que os estamos muy agradecidos. Para terminar, desde la mar, a bordo del “Hespérides”, os deseamos a todos una muy Feliz Navidad.

Rinde la singladura sin más novedad

    

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