Cuaderno de bitácora

XXVI Campaña Antártica y Campaña Investigación ZEEE

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XXVI Campaña Antártica y Campaña Investigación ZEEE

Comienza la singladura navegando en las inmediaciones de Cabo Verde con buen cariz gracias a que llevamos mar y vientos largos puesto que navegamos con un rumbo Sur-suroeste dando casi 13 nudos y el viento es el “alisio” del nordeste de 15 nudos por nuestra aleta de babor.

Los buques de vela navegan a un largo cuando reciben el viento por su aleta (120º desde la crujía). El “Hespérides” tiene mucha superestructura y por eso decimos que tiene “mucha vela” algo que afecta, para lo bueno, como en este caso y para lo malo, cuando el viento es contrario y nos frena o nos hace abatir. Lo tenemos muy en cuenta en las maniobras de entrada y salida de puerto o en la Antártida cuando soplan los peligrosos vientos catabáticos.

Pero volvamos a los alisios, os sonarán porque durante cuatro siglos los marinos españoles se ayudaron de dichos vientos para cubrir la ruta entre la península y los territorios del Imperio Español en América. Se trata de vientos que soplan de manera regular desde las altas presiones propias de regiones subtropicales, (latitud 23º), hacia las zonas ecuatoriales y que son más regulares en verano que en invierno. En el hemisferio Norte soplan de componente noreste mientras que en el hemisferio sur tienen componente sureste.

Durante ese largo periodo que duró la hegemonía española en los mares nuestros buques salían de Sevilla o Cádiz, hacían escala en Canarias y proseguían su viaje impulsados por estos vientos, hasta el Caribe y haciendo de plazas como Cartagena de Indias (Colombia), Veracruz (Méjico) o Puerto Rico, piezas fundamentales en esta ruta comercial. La flota de Indias posteriormente regresaba a la Península empleando el tren de borrascas del Atlántico Norte.

Con estos suaves vientos alisios empujándonos por nuestra aleta de babor, continuamos nuestra navegación en demanda del puerto de Mar del Plata (Argentina).

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la singladura con viento flojo del NE, mar marejadilla combinada con mar de fondo del NW, cielo despejado y buena visibilidad.

Durante esta madrugada el buque entró en la que climáticamente es la zona más cálida del globo, la limitada por el del paralelo 23º 27’ N, más conocido como el Trópico de Cáncer.

Esta línea imaginaria une todos los puntos más septentrionales del planeta donde el Sol alcanza el cénit de la bóveda celeste en el solsticio de verano. En todos los puntos atravesados por esta línea, el día 21 de junio los rayos solares no generan ningún tipo de sombra por caer de manera perfectamente vertical.

El pintoresco nombre de este paralelo tiene su origen en tiempos antiguos, no se tiene claro si de Babilonia o de la Grecia clásica. En esa época ocurría que, durante el Solsticio de verano boreal, la posición diurna del sol al mediodía coincidía con la propia de la constelación de Cáncer en la noche. Más de 2000 años después esta coincidencia no tiene lugar, sino que correspondería con la constelación del Tauro.

Estas circunstancias astronómicas no son baladís, hacen de los trópicos los límites entre las zonas climáticas del globo. Así, al Norte del Trópico de Cáncer y al Sur del Trópico de Capricornio, se encuentran las zonas templadas donde se concentra la mayor parte de la población mundial. En la franja comprendida entre los trópicos se encuentra la zona cálida, donde los rayos inciden de manera completamente vertical durante gran parte del año. Por ello, en las latitudes donde los continentes son cortados por estas líneas se encuentran todos los desiertos cálidos del planeta, como el Sáhara, el Arábigo o el de México en el hemisferio N, y los de Atacama, Namibia o Australia en el S.

Sin embargo, la zona cálida de clima tropical no es desértica por antonomasia. La combinación de las elevadas temperaturas de estas zonas con los vientos alisios provocan que estas masas de aire se carguen de humedad en los océanos y la descarguen en las latitudes ecuatoriales como lluvias de monzón. Por ello, es en esta región donde crecen las frondosas selvas que conforman el bosque húmedo tropical.

Con estas temperaturas más propias del agosto en nuestra zona templada que de diciembre, tiene lugar el ocaso y continuamos nuestro tránsito en demanda del continente americano. Mañana navegaremos cerca del Archipiélago de Cabo Verde y hablaremos de los Alisios, vientos aprovechados durante siglos por los navegantes españoles para cruzar el Océano Atlántico hacia las tierras americanas.

Rinde la singladura sin más novedad

Comienza la singladura del día 20 de diciembre transitando entre las islas de Tenerife y Gran Canaria con viento fresquito del SW, cielos cubiertos y buena visibilidad. Durante la madrugada, hemos dejado atrás las islas Canarias, despidiéndonos ya de España hasta dentro de cinco meses.

Continuar transitando al rumbo Sur por estas latitudes implica dejar atrás el abundante tráfico marítimo que rodea al archipiélago canario para navegar prácticamente solos en adelante. También implica una notable mejoría de la meteorología. Ya empieza a hacer calor y, al dejar atrás el frente frío de las jornadas anteriores, el viento amainó a cinco nudos y quedó un cielo totalmente veraniego. Este cambio también lo experimenta el agua marina, cuya temperatura empieza a aproximarse a los 20ºC y su color se torna de azul brillante tan característico de zonas tropicales.

Todos estos fenómenos se ven levemente empañados por la mar de fondo. Esta es una mar de olas largas, de gran amplitud y con un gran periodo de separación entre ellas y que no está generada por el viento existente en el mismo punto en que se encuentra el barco sino que son indicadoras de que, a cientos de millas, una borrasca o una tormenta ha tenido o está teniendo lugar. La mar de fondo es muy característica de los grandes océanos, como el Atlántico, donde las olas pueden propagarse a una gran distancia del punto donde se generan sin obstáculos, a diferencia de los mares confinados, como el Mediterráneo donde las olas de la mar de fondo son más cortas y más incómodas para la navegación.

Con estas peculiaridades, continuamos nuestro tránsito al Sur, hacia la lengua de mar que separa Cabo Verde del continente africano. Pronto entraremos en zona de influencia de los vientos alisios, que tan importantes fueron para la navegación oceánica en tiempos pretéritos, pero eso ocupará una página distinta de este cuaderno de bitácora.

Rinde la singladura sin más novedad.

¡Bienvenidos al Cuaderno de Bitácora de la XXVI Campaña Antártica! El Comandante y Dotación del Buque de Investigación Oceanográfica “Hespérides” os animamos a uniros a nosotros en esta sección, donde podréis conocer de primera mano los pormenores de esta campaña y otras curiosidades de la vida diaria en la mar.

El pasado día 16 comenzó la singladura con la salida del puerto de Cartagena en demanda de Mar del Plata (Argentina), con viento fresquito del SE, mar marejada, cielos cubiertos con chubascos ocasionales y buena visibilidad. Después de cinco largos meses de obras y preparación atrás dejamos a nuestras familias y amigos en ese sentimiento dual que tenemos los marinos pues dejamos lo que más queremos para dedicarnos a lo que más nos gusta. Mezcla por tanto de añoranza, orgullo e ilusión por la aventura que comienza.

Durante la tarde del día 16 mejoraron las condiciones de visibilidad y se despejó el cielo, el viento frescachón de levante y la fuerte marejada que provocó nos acompañaron hasta el día 17, jornada en la que cruzamos el Estrecho de Gibraltar. Nada mejor para empezar una campaña que llevar el viento y la mar de popa. No en vano, los marinos siempre nos deseamos “vientos largos y buena proa”, los anglosajones lo traducen por “Fair winds and following seas”. El Estrecho, como siempre, lo atravesamos acompañados de decenas de buques mercantes. Por este brazo de agua de 14 km en su parte más estrecha transitan más de 82.000 buques al año y es uno de los puntos del mundo, junto con el Canal de Suez (Egipto) y el Estrecho de Malaca (entre Malasia e Indonesia) de mayor importancia para el comercio marítimo internacional.

Aunque esperábamos un Atlántico más agitado que el Mediterráneo, durante nuestra salida a estas aguas experimentamos todo lo contrario. Esa borrasca que habréis visto en las noticias que va a golpear la Península en los próximos días no nos afectó apenas, y pudimos barajar la costa africana, a unas 50 millas, en dirección Sur en demanda de las Islas Canarias. También se nota el descenso en el número de barcos que avistamos desde que pusimos rumbo SW al dejar Cabo Espartel por nuestro través de babor.

A media mañana del domingo 19 avistamos las Islas Canarias, pudiendo distinguir la silueta del Islote Alegranza, Lanzarote y la Graciosa en el horizonte, difuminadas en color amarillo por la característica calima que hay en la zona. Por la tarde, durante nuestro tránsito hacia el paso que hay entre Tenerife y Gran Canaria, hemos podido notar algo los efectos de ese temporal, en forma de esa mar tendida con un gran periodo entre olas que conocemos como mar de fondo.

Durante la tarde y la noche de hoy hemos cruzado al Sur del Archipiélago, donde se aprecia nota una mejoría notable en las condiciones meteorológicas. Ya se nota que nos aproximamos al trópico. ¡Os esperamos en las próximas páginas de este cuaderno de bitácora!

Rinde la singladura sin más novedad

    

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