Expedición de Gonzalo Gómez de Espinosa. Intento de Tornaviaje (1522)
La expedición de la vuelta al mundo, una vez muerto Magallanes queda al mando de dos de los pilotos: Juan Sebastián de Elcano al mando de la Victoria y Gómez de Espinos al mando de la Trinidad. En un momento determinado ambas naves se separan e inician un camino de vuelta que tendrá diferentes vicisitudes.
La Trinidad de Gómez de Espinosa, con una vía de aguas debe ser reparada antes de iniciar la navegación. La Victoria se volvió para acompañarla a tierra.
Parece ser que Espinosa prefería volver por el Pacífico hasta América Central, una vez reparada su nave, por lo que Elcano y su tripulación reanudaron la partida hacia el Oeste. El intento de regreso de la Trinidad fue dramático, por la climatología adversa que le sobrevino a los cuatro meses de su partida, el mal estado de los tripulantes y la nave, que fue apresada por los portugueses cuando consiguieron volver a las Molucas.
Gómez de Espinosa y su dotación inician las reparaciones del casco y, con la ayuda ofrecida por la población, comenzaron la reparación de cuadernas y quilla de la Trinidad, después de ser descargada y varada. También construyen un fuerte para que sirviera de base permanente a futuras expediciones. Lo dota de hombres y de cañones para su defensa. Después de reparar la vía de agua, el 6 de abril de 1522 se hacen a la mar con rumbos de componente Este.
La navegación fue bastante dificultosa. Avistan la isla la Isla de San Antonio o de San Juan, actual Sonsorol en latitud 5° N. Continúan la navegación con rumbos de componente NE; avistamiento de las Islas de Santa Eufemia [actuales atolones de Ngulu, Yap, Ulithi, Fais y Sorol]; continúan hasta alcanzar los 19° N donde fondean en una isla que bautizan como la Isla de Cyco, actual Agriham o Asunción.
Desde allí, tras haber hecho aguada, continúan su navegación hasta alcanzar latitudes de 42° N. Se ven sorprendidos por un temporal huracanado que les destroza la nave.
Este suceso y las numerosas muertes por diversas causas, hacen que se planteen regresar a Tidore para poder reparar y encontrar otro modo de volver a España.
Estando en Tidore solicitan ayuda a los portugueses que, en vez de prestársela, los toman prisioneros, requisando todos los documentos, mapas y diarios que tenían en su poder. 18 hombres quedaban vivos de la expedición y fueron trasladados prisioneros a Ternate.
Espinosa fue trasladado a Lisboa en 1526, donde continuó preso unos meses hasta que fue liberado, junto a Ginés de Mafra y León Pancaldo que escribieron sendos relatos de la expedición.
El emperador Carlos I de España, en agradecimiento a sus esfuerzos, le nombra “Visitador y capitán de las naos de las Indias”, recibiendo una pensión de 300 ducados. Además, le concede el derecho de usar escudo de armas.
A la vista de las crónicas y diversas cartas de miembros de la dotación y de Gómez de Espinosa, se sabe que la expedición descubrió un total de 14 islas, grandes y pequeñas cuyos nombres se detallan:
- isla de Maho, la actual isla de Maug
- isla Chenchom o Chyquom, la actual isla de Asunción
- Farallón de los Pájaros, que bien podría ser la actual isla de Hora
- isla Grega, la actual isla Agriham
- isla Aramagam, la actual isla de Alamagan
- isla de Guguam, la actual isla de Guguan
- isla de Choreaga, la actual isla de Sarigan
- isla de Anatam, la actual isla de Anatahan
- isla de Bahan, la actual isla de Guam
- isla de Saepan, la actual isla de Saipán
- isla de Rota, la actual isla de Rota
Escudo de Gomez de Espinosa, 4 de feb de 1528
El día 4 de febrero de 1528, el Rey Carlos I le concede a Gómez de Espinosa el escudo de armas: "Escudo cortado 1° campo de oro con un águila rampante de sable al natural entre dos columnas pardas; 2° en campo de sinople una mano de carnación sosteniendo una cabeza degollada y saliente del flanco siniestro, medio partido de ondas de agua azur y plata, 5 islas con árboles de clavo. Por orla 5 navíos repartidos entre las 5 islas e de otras islas e tierras que en dicho viaje descubrió".
Por real cédula de 20 de marzo de 1531 firmada en Ocaña, da orden de que se le abonen la cifra de 41200 maravedíes que le pertenecen como pago de sus servicios en la expedición y además como heredero del maestre Hans Anza.